En la gran pantalla ha sido Jane Eyre, Madame Bovary y la Alicia de Lewis Carroll por partida doble. Y cuando se le pregunta por sus referentes culturales, desliza títulos como Middlemarch, de George Eliot, entre otras novelas victorianas. Efectivamente, Mia Wasikowska ha encontrado en las heroínas de la literatura clásica el vehículo perfecto con el que garantizarse una excepcional carrera cinematográfica a base de mujeres interesantes, poderosas y llenas de matices. Como la Alicia Kingsleigh de Alicia a través del espejo, que poco o nada tiene que ver ya con aquella inocente niña de Alicia en el país de las maravillas, aunque ambas lleguen a la cartelera bajo el sello creativo de Disney. “Nunca me propuse protagonizar tantas adaptaciones literarias, pero son los personajes femeninos más interesantes que me han ofrecido y me encantan las historias de las que proceden. Me considero muy afortunada de poder interpretarlos”, cuenta.
Una tímida Mia Wasikowska nos recibe en Madrid para hablar de su vuelta al universo mágico del Submundo en una secuela que, para su sorpresa, llega seis años después del estreno de la primera parte que dirigió Tim Burton. “No me esperaba retomar Alicia. Me resulta familiar y distinto al mismo tiempo”, explica. “Y no me considero demasiado tímida, pero en el mundo del cine y de las grandes personalidades que lo rodean probablemente parezca que lo soy. Por eso me gusta que Alicia no sea un personaje especialmente extrovertido, pero que se las arregle para ser muy consciente de quién es y de lo que quiere”.
Sin Burton en la dirección –aunque sí en la producción–, pero deudora del estilo psicodélico fijado por él, en esta segunda parte que dirige James Bobin nos reencontramos con una Alicia recién llegada a Inglaterra tras una peligrosa travesía de tres años por los mares de China. Ahora es capitana de su propio barco, el Maravillas, y su intrépido espíritu no termina de encajar con los anticuados roles femeninos del Londres victoriano. Si Lord Ascot (Leo Bill) ya intentó convertirla en una esposa complaciente en Alicia en el país de las maravillas, ahora pretende que se conforme con un puesto de contable y abandone sus aspiraciones marineras para salvar su casa y solucionar la complicada situación financiera que atraviesan tanto Alicia como su madre (Lindsay Duncan). Pero la vida gris de oficinista no parece el lugar más indicado para una joven con insaciable sed de aventuras. ¿Vender el Maravillas y renunciar a lo imposible? De ninguna manera.
“Alicia es lo más estrambótico que he hecho en mi carrera”
A su rescate acudirá Absolem (Alan Rickman), que ha adoptado la forma de una mariposa azul para conducir a Alicia hasta un enigmático espejo que la devolverá al reino del Submundo. Al otro lado la esperan viejos conocidos como el Conejo Blanco (Michael Sheen), el Gato de Cheshire (Stephen Fry), los Tweedles (Matt Lucas) y Mirana (Anne Hathaway), que necesitan a Alicia para recuperar el espíritu festivo y delirante del Sombrerero Loco (Johnny Depp), sumido en una profunda depresión tras perder a su familia. Pero si quiere salvar al Sombrerero, Alicia tendrá que viajar al pasado y enfrentarse a nuevos personajes como el señor Tiempo (Sacha Baron Cohen), poseedor de la Cronosfera, y a viejos enemigos como la reina Iracunda (Helena Bonham Carter), que no ha olvidado las rencillas familiares que la llevaron a convertirse en la maléfica Reina Roja. “Creo que el mensaje de la película es muy acertado porque todos tenemos algo en nuestro pasado que quizá no nos guste y que nos pone tristes o furiosos cada vez que lo recordamos: la mejor forma de avanzar en tu vida es no obsesionarte con el pasado ni tratar de cambiarlo, sino aceptarlo. Es la única manera de sentirte liberado y disfrutar del presente”.
La principal diferencia entre las dos entregas es que, si bien Alicia en el país de las maravillas conservaba el sello tenebroso y enigmático de Burton, esta Alicia a través del espejo es mucho más colorida, aventurera y estrafalaria que su predecesora. “Tim y James son muy distintos a la hora de trabajar. Tim articula todo en el plano visual con referencias a imágenes, mientras a James le gusta debatir las cosas y trabajar con los actores en el plano más emocional, con un adorable sentido del humor”.
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La actriz reconoce que fue más emocionante de lo esperado reencontrarse con su personaje. “Me sentía mucho más segura de mí misma y de lo que estaba ocurriendo, del entorno en el que me movía y de los efectos especiales”. Lo dice porque en 2010 no le resultó nada fácil enfrentarse a la pantalla verde de la película. Pero teniendo en cuenta que seis años en la historia del CGI equivalen a seis décadas de progreso, muchas cosas han cambiado en esta Alicia a través del espejo. “La primera semana de rodaje siempre hay un periodo de adaptación, pero terminas acostumbrándote y siendo perfectamente consciente de cómo funciona. Excepto por el hecho de que es lo más estrambótico que he hecho y que probablemente haré en mi carrera”, bromea. “Recuerdo el primer día de rodaje de la primera parte. Todo el estudio era verde y para representar a los diferentes personajes animados había seis hombres vestidos con un mono de la cabeza a los pies, con varios ojos pegados en diferentes partes del cuerpo para saber adónde debía mirar dependiendo de si hablaba con la liebre, el gato o el ratón”.
Por eso el majestuoso vestuario, diseñado nuevamente por Colleen Atwood, es especialmente importante en una película como esta. “Es la primera cosa que te da una indicación del tono de la película y, como apenas trabajamos con decorados, te ayuda a meterte en el personaje. Es genial, porque Alicia es una mujer más liberada y segura de sí misma, así que estaba todo el rato en pantalones, con ropa más accesible o con vestidos mucho más cómodos”.
Ese modo de trabajo ya no le pilla por sorpresa a la actriz, pero lo que no se esperaba es que esta Alicia fuera mucho más aventurera e intrépida que su predecesora. “Las escenas de acción son más agotadoras. Cuando lees el guion de una película de dos horas en la que tu personaje se pasa todo el tiempo de un lado para otro no te das cuenta de que vas a pasar cinco meses agotada todos los días”, comenta entre risas.
Convertirse en heroína de acción no es la única evolución que ha sufrido la historia. Alicia cuenta ahora con mucho más diálogo que en la anterior entrega, y pasa a ser parte activa de la trama en lugar de un sujeto pasivo al que le ocurrían cosas surrealistas que apenas comprendía. “En la primera película, Alicia no se sentía cómoda en su piel. Sufría un conflicto interno entre saber quién es y la imagen exterior que debía proyectar. Sin embargo, aquí es una mujer fuerte y adulta, se conoce a la perfección, sabe lo que quiere y no deja que otros influyan en sus decisiones”.
”«Los personajes literarios como Alicia son los más interesantes que me han ofrecido»
A esta nueva Alicia de Disney no le queda más remedio que hacerse fuerte en un mundo dominado por los hombres. Ya lo apunta su director, James Bobin, cuando dice que la generación de Alicia terminaría liderando el movimiento sufragista en Gran Bretaña. Una carga feminista que no pasa desapercibida a ojos de la actriz. “No es fácil encontrar papeles así y es menos habitual en películas como esta, con expectativas tan comerciales, pero por eso es más importante. Alicia no es una superheroína y, aunque lo fuera, sabemos que las películas de superhéroes están protagonizadas sobre todo por hombres. Tampoco está sentimentalmente implicada con nadie, lo cual es todavía menos común en el cine actual”, cuenta. “Me encanta el principio de la película, cuando vemos que Alicia ha pasado tres años como capitana de su propio barco viajando alrededor del mundo. Es una mujer independiente y poderosa, con una fuerte confianza en sí misma, y aunque las expectativas en torno a ella estén tan bajas, Alicia sabe que vale mucho más de lo que la gente de su época se espera”.
Casi tanto como la propia Wasikowska que, para su juventud (26 años), cuenta con una carrera mucho más atrevida que la de sus compañeras de generación, marcada por directores como Jim Jarmusch, Tim Burton, David Cronenberg, Cary Fukunaga, Guillermo del Toro o Park Chan-Wook, entre otros, que la han llevado a asumir riesgos creativos por encima de la media. “No creo que riesgo sea la palabra apropiada, son todos grandes directores con los que me emociona trabajar. Incluso con Jim Jarmusch, cuyo guion era apenas un esquema que fue cambiando un montón durante el rodaje y con el que no quedaba muy claro lo que estaba sucediendo en cada momento. En cierto sentido, eso es un riesgo, pero Jarmusch siempre hace cosas geniales y supe que trabajar con él sería una experiencia maravillosa. Me encanta hacer cosas diferentes si tengo la oportunidad de trabajar con un director que admiro porque me siento más fan que actriz. Y el director es muy importante para mí. Me he sentido muy abrumada por la emoción cuando me han enviado determinados guiones. Stoker, por ejemplo, es una película que me encanta porque adoro a su director, Park Chan-Wook. Como a David Cronenberg, cuando leí el guion de Maps To The Stars estaba entre horrorizada y emocionada”, dice. “En esta industria siempre se dice que el tiempo es dinero, así que cuanto más dinero tienes, más tiempo de rodaje tienes. Rodamos Alicia a través del espejo en cinco meses, probablemente uno de los rodajes más largos de mi carrera, mientras que en una película pequeña siempre es todo más rápido y apresurado”.
ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJO SE ESTRENA EL 27 DE MAYO.