Por la manera en la que entendía el movimiento romántico, su extrema sensibilidad, sus tímidos modales y los términos cariñosos en los que se refería a sus amigos por carta, no es de extrañar que la música de Frédéric Chopin haya sido particularmente reivindicada por generaciones y generaciones de artistas gays hasta la fecha. “La sensibilidad la tenemos todos los mortales independientemente de nuestra sexualidad, solo que por circunstancias como la educación o por cuestiones sociales, algunos no han tenido posibilidad de desarrollarla. A mí, escuchar y sentir su música me enamora profundamente. Mientras Mozart te levanta el ánimo y Bach te descubre la belleza de soñar, Chopin te recuerda cosas tan cercanas como el desamor y el encantamiento. Y ya se sabe que las dificultades amorosas nos inspiran siempre”, explica Alfonso Cayetano, director de la compañía Interferencia Danza y máximo responsable de Tuyo Chopin.
En sus inicios como bailarín del Ballet Nacional de España –entonces bajo la dirección de Víctor Ullate–, Cayetano encontró en el compositor polaco a uno de sus mejores aliados, un músico al que sabía que recurriría en el futuro para dar rienda suelta a sus espectáculos de danza más personales. “Ya con 13 años, en la antigua sede del Ballet, en lo que ahora es el Museo Reina Sofía, escuchaba ensimismado a Chopin y su Nocturno Op. 9 Nº 2. Eran clases solo para chicos y recuerdo que, cuando llovía, el agua resbalaba por los cristales de los ventanales, acababas empapado en sudor y se formaba un vaho en el aula que casi era imposible distinguirnos entre nosotros. La respiración, el sonido y los roces de los cuerpos en movimiento fluían a la vez”, recuerda.
«EN VARIOS SITIOS HAN VETADO NUESTRO ESPECTÁCULO POR SER DE TEMÁTICA HOMOSEXUAL»
En 2010, aprovechando el bicentenario del nacimiento del compositor, había llegado el momento de rendirle homenaje con Tuyo Chopin, un montaje de danza de creación propia que, además de traducir el romanticismo y la melancolía de Chopin al lenguaje de la danza contemporánea, se mezclara con una historia de temática homosexual interpretada por dos bailarines, el propio Cayetano y Marco Antonio. Ahora, el montaje regresa a la cartelera de Madrid en un segundo recorrido por las salas Azarte y CNC-Mirador. “Es una obra lírica en su esencia, musical y dancística, pero que tiene muchas connotaciones contemporáneas a nivel de movimiento gestual y puesta en escena. Quizás la definición más acertada sea que es una danza de amor sin fin, un amor limpio y puro donde el romanticismo y el surrealismo van de la mano”.
SHANGAY ⇒ Habrá quien se sorprenda por esta relectura de Chopin en clave gay…
Alfonso Cayetano ⇒ Imagino que habrá todo tipo de opiniones. Y te diré que, en varios sitios, y no digo cuáles, han vetado nuestro espectáculo por ser de temática homosexual. Yo soy de los que prefieren que el público se sorprenda, aunque sea para mal, antes que resultar indiferente. A mí lo que más me gusta es evolucionar, con lo cual cualquier reacción es positiva aunque aparentemente no lo parezca. Obviamente, lo ideal sería que el espectador quedase sorprendido para bien, es decir, que le resultase atractiva la propuesta. En realidad, no lo ideé con el fin de gustar a nadie en concreto. Aunque la temática sea homosexual, mostramos el amor de un ser a otro sin distinciones y, por supuesto, también es una muestra de compromiso con todos los gays que, por desgracia, viven en países donde la homosexualidad es perseguida.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llegas, a través de la música de Chopin, a imaginar una historia de amor gay?
Alfonso Cayetano ⇒ En 2010 me fui a bailar a Florencia con una ópera en el festival Maggio Musicale Fiorentino, y descubrí unos lugares que me envolvían y transportaban a ese mundo renacentista tan marcado por artistas homosexuales. Allí comencé a escribir ciertas partes del espectáculo. En este caso, la historia es de dos hombres, pero podría ser perfectamente entre dos mujeres. Imaginar una historia de amor homosexual en la que los personajes fueran especialmente inocentes mezclando intriga y amor romántico resultó fácil escuchando a Chopin.
SHANGAY ⇒ ¿Hasta qué punto es complejo bailar la música de Chopin?
Alfonso Cayetano ⇒ Bailar Chopin no es nada difícil; lo complicado es aunar técnica, gusto, música y, sobre todo, llegar al espectador medio. Eso es sinceramente lo que más me pone, ya que en muchas ocasiones los que nos dedicamos a la danza creemos saber tanto que nos ciega la estupidez y la prepotencia, los egos se disparan y nos matamos entre todos. Lo difícil es convencer a los que distribuyen los espectáculos, y desde aquí lanzo una misiva a todos aquellos técnicos, delegados o asesores en las artes escénicas para que, por favor, se dejen de complejos retrógrados y absurdos y apuesten por obras made in Spain.
Foto posado: MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
Maquillaje y peluquería: MANUEL MORENO para L’ORÉAL PROF. y NARS
EL ESPECTÁCULO TUYO CHOPIN SE REPRESENTA EN MADRID EN LA SALA AZARTE (C/SAN MARCOS, 19) LOS DÍAS 10, 17 Y 24 DE SEPTIEMBRE Y EN LA CNC-SALA MIRADOR (C/DOCTOR FOURQUET, 31) DEL 19 AL 21 DE SEPTIEMBRE.