Por sexto año consecutivo, Cartagena es el municipio español con mayor concentración de playas premiadas por su calidad: 12 reconocidas con la Q de calidad y 11 con la bandera azul, una más que en la temporada anterior. Desde el oeste, el viajero se encuentra con las localidades de Isla Plana y La Azohía, cuyas playas de arena destacan por su impresionante vista a la sierra.
A partir de ahí, la costa se vuelve acantilada, con playas solitarias como Cala Cerrada y Cala Abierta. Cala Cortina es la playa más cercana al núcleo urbano de Cartagena, mientras que el Parque Regional de Calblanque, cada vez más frecuentado por gays y lesbianas, destaca por las dunas fósiles. En la zona del Mar Menor se encuentran, entre otras, Playa Honda y Mar de Cristal, muy apropiadas para practicar deportes náuticos. Y, por supuesto, La Manga del Mar Menor, con todas las infraestructuras necesarias. Cartagena combina playas y cultura incluso desde el agua. Su patrimonio arqueológico puede admirarse en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática –junto al puerto– o desde el barco turístico.
Leyenda viva
Cartago, Roma y Bizancio dejaron su impronta en Cartagena. Quien quiera empaparse de los orígenes de la ciudad, fundada en el siglo I a.C., puede iniciar su visita en el Centro de Interpretación de la Historia de Cartagena y de la Cartagena Medieval (Castillo de la Concepción). El itinerario arqueológico prosigue hasta una de sus joyas antiguas, el Teatro Romano, cuyos secretos milenarios se cuentan en el museo del mismo nombre, obra de Rafael Moneo. Cerca están también la Catedral, el Palacio Consistorial, la muralla bizantina, las instalaciones portuarias y el Augusteum. El barrio del Foro Romano se encuentra dentro del parque arqueológico urbano más grande de Europa.