“Somos la mitad del mundo, hay que unirse para cambiar nuestra realidad”. Con esa intención –y para criticar el machista thatcherismo– escribió en 1982 Caryl Churchill Top Girls, un viaje en el tiempo de mujeres empoderadas que llega Madrid gracias al CDN, y donde el personaje de Manuela Paso analiza una realidad por la que todavía hay que seguir luchando.
SHANGAY ⇒ ¿Qué pretende demostrar Top Girls contando la historia de mujeres de diferentes épocas?
MANUELA PASO ⇒ La obra es un encuentro entre mujeres que han sobrevivido a un heteropatriarcado salvaje, que han tenido éxito en un sistema que no está ni mucho menos diseñado para ellas. Marlene, mi personaje, sirve de hilo conductor y anfitriona; se encuentra con una serie de mujeres que a lo largo de la historia le van narrando cómo ellas, en siglos anteriores, pudieron derribar todas estas barreras. Cada una habla de su época y dificultades, y cómo abandonaron el lugar que supuestamente les correspondía para realizarse a sí mismas, tener aventuras, ganar dinero… Rebeldes, vaya.
SHANGAY ⇒ ¿Es especialmente gratificante formar parte de un proyecto como este?
MANUELA PASO ⇒ Para empezar el texto es endiabladamente difícil, un desafío alucinante. Y es un obrón de elenco; hay compañeras que hacen hasta tres papeles, tiene diálogos vertiginosos…, dramatúrgicamente es un bombón. Más allá del feminismo, es un placer tener a seis mujeres sobre el escenario y que el hombre no aparezca, acostumbradas a ser minoría y tener papeles donde se ensalza al héroe… Aquí las importantes somos nosotras, me parece interesante vivir esta vibración.
SHANGAY ⇒ Que el texto tenga absoluta vigencia no parece la mejor de las noticias…
MANUELA PASO ⇒ Totalmente. Y también es una función que deja caer la crisis del thatcherismo, tiene una carga política importante que se va viendo, y que pone de manifiesto cómo de pronto también las mujeres pueden ser utilizadas, no tanto para la búsqueda de la igualdad, sino para una especie de postureo. Eso que algunos llaman ‘mujerismo’, ponerlas en la picota para tapar medidas patriarcales rígidas. En este caso, un lavado de imagen protagonizado por una mujer que no era progresista en absoluto, sino intransigente.
SHANGAY ⇒ ¿Sigues confiando en el teatro como herramienta de revolución social?
MANUELA PASO ⇒ El teatro es una especie de educación sentimental. Creo que hay mucha mediocridad programada en la sociedad, y que de alguna manera todo lo que tiene que ver con el diálogo y la comunicación se echa en falta cada vez más. Hay una especie de conectividad aislante, y el teatro invita a un enriquecimiento verdadero, que tanta falta hace. Creo absolutamente en el arte en general como una herramienta para lograr y transmitir belleza.
SHANGAY ⇒ ¿Qué es para ti el activismo?
MANUELA PASO ⇒ El solo hecho de que tengas presente una actitud para querer cambiarla, ya es activismo. Si te pillas a ti mismo en un momento machista, clasista o racista, y descubres ese prejuicio con la intención de eliminarlo, es importante. Por supuesto, también creo en los que se ponen en primera fila en una manifestación… Yo misma tuve una revelación el pasado 8 de marzo al ver la fuerza que pueden hacer las personas por una causa común.
SHANGAY ⇒ ¿Has perdido la esperanza?
MANUELA PASO ⇒ El movimiento está y la presión es enorme, pero para el patriarcado soltar el cetro de los privilegios y asumir que tiene los días contados es difícil. Perdón, el heteropatriarcado, que unida a la revolución de las mujeres está la del colectivo LGTB. La necesidad del cambio es fuerte. Y ahí estamos…
SHANGAY ⇒ ¿Aquí entra en juego el auge de los que pretenden arrebatarnos nuestras libertades?
MANUELA PASO ⇒ Soy muy defensora de la libertad de expresión. La ultraderecha siempre ha existido, lo que pasa es que estaba camuflada. No comparto para nada sus ideas, pero me alegra que se quiten la careta y que digan abiertamente que están en contra de las libertades. Y como es una realidad potente, hay que escucharla, es un aprendizaje social y democrático. No podemos pretender que todo el mundo piense como nosotros.
LA OBRA TOP GIRLS SE REPRESENTA HASTA EL 21 DE ABRIL EN EL TEATRO VALLE-INCLÁN (PZA. LAVAPIÉS, S/N · MADRID) DEL CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL