Hace unas semanas, Màxim Huerta decidía cambiar su nombre de manera pública, añadiéndole una ‘o’. Máximo es el nombre que siempre ha figurado en el DNI del escritor, y es el que ha utilizado durante toda su vida para su correo o para sus asuntos familiares. “Después de tantas turbulencias, me apetecía volver a casa, al nombre que me dieron mis padres… Pero seguiré siendo Màxim: Màxim, Máximo, Max… qué más da. Me pueden llamar cómo quieran”. Así nos lo ha contado él mismo en unas declaraciones que nos dio a Shangay con motivo de su nuevo libro, Intimidad improvisada.
El 2018 no fue un año fácil para él. Este complicado e inolvidable año lo ha plasmado en su último trabajo. Según nos cuenta, «es un homenaje a aquellos lectores cuyo cariño ha sido constante, firme y desinteresado. Una recopilación de mis mejores textos y de algunos nuevos en los que narro mis últimas aventuras, con mis aciertos y con mis tropiezos”.
Además, Huerta afirma que para este libro ha querido desarrollar “un recorrido emocional” de todas aquellas sorpresas que te da la vida a medida que avanzas con ella.
Pero, ¿qué es exactamente la intimidad improvisada? Máximo Huerta la define como “esa conversación improvisada que a veces surge con en el quiosquero, en el taxi o en el ascensor. Ese pequeño encuentro que a veces sucede entre el lector y el autor, o entre dos personas que no se conocen. Intimidad improvisada es un libro que trata sobre lo profundo de las pequeñas cosas, una obra que acude a la melancolía del pasado para recoger las cosas buenas que aportan los malos temporales».
Además, este nuevo libro contiene 50 ilustraciones fruto de todos aquellos viajes que el periodista ha hecho a lo largo de todo este tiempo. Unos dibujos que ha ido plasmando en su libreta de viajes, y es que Huerta afirma que “en el silencio se dibuja mejor”. Intimidad improvisada sale a la venta el 9 de abril, y en el podremos recorrer las calles junto a Máximo, tratando temas como la infancia, el amor o los problemas más cotidianos.