Tres años después de su última exposición en La Fresh Gallery, aquella Germania con la que Alberto de las Heras (Bilbao, 1974) anuló por completo la posibilidad de abordar su trabajo desde un punto de vista meramente decorativo, para convertirse en uno de los dibujantes figurativos conceptuales más certeros de nuestro país, regresa a la galería madrileña con Aquaria.
Es una exposición que sigue un trazado similar al de Germania, esto es, la confección de un puzle referencial a modo de exposición de dibujos y pinturas, que ataca y disecciona críticamente una realidad sociopolítica o cultural desde diferentes puntos de vista, mucho menos descabellados de los que en principio se pueda presuponer.
En Aquaria, que tiene hilo musical in situ como parte del juego –el que esto escribe vio la exposición precisamente bajo la tan conocida canción del musical Hair a la que directamente apela el título–, traza un arco de referencias, desde retratos de anónimos y famosos de la época a citas directamente cinéfilas, con la ciencia ficción a la cabeza (de 2001: una odisea del espacio a Encuentros en la 3ª fase y muchas más) para componer un paisaje de ideas que definen una época, de los sesenta a los ochenta, en la que parecía que el mundo iba a cambiar. Visiones lisérgicas, místicas, new age y también reaganismo, thatcherismo, pop, David Bowie y transexualidad en la que es sin duda una de las exposiciones de la temporada.
SHANGAY ⇒ ¿Qué es Aquaria?
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Es una exposición que hace referencia a la era de Acuario. Pero llamándola en femenino, porque creo que es una era femenina. El pensamiento en torno a la entrada en una nueva era zodiacal o mística comienza a mediados del siglo XX, aunque nadie se ha puesto de acuerdo en si ha comenzado ya, si está sucediendo o si va a suceder. En los años sesenta se convirtió ya en un referente constante, aupado por la cultura hippy, la que rompió con la sociedad capitalista occidental. Ellos creían que la nueva era estaba comenzando, de ahí sus mensajes de paz, hermandad, vínculo con el planeta y la naturaleza… Fue tal el cambio que casi pusieron en peligro el sistema de vida y creencias del capitalismo actual: se renunciaba al consumismo, a la familia tradicional, al progreso como destrucción…
SHANGAY ⇒ Esa nueva era ayudó a formular el pensamiento new age, eminentemente astral: tanto en su lado místico, como en su lado pragmático. La creencia en el cosmos y en otras vidas en otros astros…
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Es que también tuvo relación con la ciencia, con la llegada del hombre a la Luna y el comienzo de la carrera espacial. Esas primeras imágenes reales del planeta desde el espacio cambiaron definitivamente la percepción de la humanidad sobre sí misma, su posición respecto al universo. Ya no éramos el centro, sino una parte de algo más grande, del universo. Ahí es donde entra la posibilidad de otros mundos y otras formas de vida: los extraterrestres. De lo que también se habla en la exposición: de la posibilidad de que haya vida fuera de la Tierra, de que no estemos solos y formemos parte de algo más grande.
SHANGAY ⇒ Al principio de la exposición, planteas la representación de Aquaria como una deidad: una pintura que recuerda a Odilon Redon o William Blake pero también al arte new age…
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Es una representación simbólica, con sus chakras, esa idea de la sabiduría orientalista de la época, y también referencias al tarot y las tradiciones mágicas occidentales. Lo que me interesa es dejar claro que los grandes cambios del siglo XX no han sido solo sociales o tecnológicos, también espirituales. El mundo moderno, el de la revolución industrial, había renunciado a esa parte espiritual. Éramos un engranaje más de la máquina. En ese momento, el ser humano recupera su posición como individuo con necesidades espirituales, y lo reivindica. Y no estoy hablando de religión, sino de creencias subjetivas individuales.
SHANGAY ⇒ Acto seguido a esta representación de Aquaria, incorporas la primera de las muchas referencias cinematográficas de la exposición: retratas las azafatas de la estación espacial Hilton, de 2001: una odisea del espacio, de Kubrick, que es una visión futurista de un capitalismo y un progreso amables. ¿Por qué?
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Me interesa ese tema subyacente a la película de Kubrick: progreso y materialismo versus espiritualidad. Los seres humanos vivimos en un contexto muy concreto. Dependemos del presente y vivimos siempre hacia el futuro: así se construye la cultura en la que nos movemos, que está muy definida por el cine: sintetiza bien, creo, nuestras aspiraciones. También me sirven estas referencias cinematográficas para que todo el mundo se acerque a lo que planteo desde su subjetividad.
SHANGAY ⇒ No te sustraes en esta expo a algo que marcó tus inicios, cuando te diste a conocer como ilustrador de moda. ¿Por qué esa delectación en unos looks determinados, esa recreación en estéticas concretas del vestir?
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Nuestro aspecto, la moda, es algo a lo que no podemos sustraernos. Algo que realizamos de forma menos inconsciente de lo que creemos, y que es de obligada lectura. Es decir, podemos leernos. Es lo primero a lo que acudimos para juzgar a los que nos rodean. El aspecto de los personajes, las situaciones y los escenarios de mis obras son importantes para plantear los temas de los que quiero hablar.
“He vinculado los estereotipos de los extraterrestres con las personas reales vinculadas con el fenómeno de una nueva sociedad, y ahí entran las transexuales”
SHANGAY ⇒ En una primera lectura pedestre, se intuye cierta nostalgia o deseo de la new age, o incluso de tener contactos con extraterrestres. ¿Cierto?
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Bueno, eso podría ser un deseo personal, pero creo que es más un anhelo humano. Y es algo que no solo deseamos, sino que buscamos y necesitamos en este momento histórico concreto. Voy a poner un ejemplo: los años setenta fueron una década primordial en los contactos y avistamientos de fenómenos UFO. A principios de los años 80, esto se cortó radicalmente. Fue como si el neoliberalismo quisiera acallar ese escapismo. Desde ese momento, a mi parecer, hemos vivido con un hilo cortado. Y nuestra sociedad necesita retomar estos anhelos, volver a conectar el hilo. Por pura supervivencia, porque vivimos inmersos en una especie de hipnosis –está en la exposición: en un retrato de Ronald Reagan en que pone “comprar” y otro de Margaret Tatcher que dice “dormir”–, y que necesitamos despertar. Esa hipnosis nos va a llevar al colapso y, posiblemente, a la extinción.
SHANGAY ⇒ Es curioso que en Germania, que hablaba del nazismo, evitases retratar a Hitler, y que aquí expreses directamente tus ideas retratando a Reagan y Thatcher…
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ No es algo consciente. Aquí sentía la necesidad de poner cara al poder. El neoliberalismo es algo muy difuso, no tenemos muy claro quién maneja los hilos. Son invisibles y están ocultos. El nazismo, sin embargo, era todo imagen y difusión: todo muy claro y evidente, explícito. El neoliberalismo, que tiene una ideología muy parecida, por no decir la misma, no se desenmascara. Y creo que es el momento de desenmascararlo.
SHANGAY ⇒ Siempre te ha gustado pintar y deleitarte en las arquitecturas. Aquí expones una de tus miniaturas, pero en los dibujos, lejos de esas arquitecturas barrocas, los edificios tienden al brutalismo de los setenta, y en cierto sentido, a una arquitectura muy de aquí, como del extrarradio madrileño.
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ En realidad, puede ser el extrarradio de cualquier ciudad del mundo… Curiosamente, esa arquitectura funcionó mucho en España, con el desarrollismo franquista, y es de lo poco que tenemos en común con el resto del mundo. Esos barrios son universales, tanto en el mundo capitalista como en el mundo soviético de esos años. A eso también hago referencia. Es el escenario de la sociedad occidental de ese momento.
SHANGAY ⇒ El homoerotismo, que estaba muy presente en tus primeras exposiciones, parece haberse limado. ¿Cansado de ese sentido del fetish?
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Viene y va. Sigo haciendo dibujos con carga erótica. Pero hay momentos en que el tema se impone o no. En este caso, el erotismo es secundario. No la sexualidad: que está muy presente, pero de otra manera.
“Sigo haciendo dibujos con carga erótica. Pero hay momentos en que el tema se impone o no. En este caso, el erotismo es secundario”
SHANGAY ⇒ Efectivamente: dibujas personajes transexuales a través de dos películas, Paris is Burning y The Rocky Horror Picture Show…
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Los de The Rocky Horror Picture Show los escogí porque, como cuenta la película, los personajes son verdaderos alienígenas. Al final he vinculado los estereotipos de los extraterrestres con las personas reales vinculadas con el fenómeno de una nueva sociedad, que surge por esa época. Ahí entran las transexuales, y el vínculo con The Rocky Horror… es ideal, porque sus personajes vienen del planeta Transexualia, en la galaxia de Transilvania. En este mismo hilo discursivo, utilizo a las travestis protagonistas de Paris is Burning retratándolas y asignándoles un planeta, como si provinieran de allí. Dándoles un toque pop y alegre, como si fueran portadas del Interview, la revista de Warhol, que también es de la época. Trato de dignificar a esas personas que fueron la disidencia: como los personajes de The Rocky Horror…, son disidentes de su propio mundo, extraterrestres y travestis. De hecho, no sabemos si los extraterrestres reales tienen prejuicios sexuales, si su clasificación de género se limita a “hombre” y “mujer” o por el contrario, como ocurría en tribus y sociedades antiguas de nuestro planeta, la variedad sexual era más amplia, no tan limitada.
SHANGAY ⇒ Ya puestos, en el caso de un contacto extraterrestre presente, ¿practicarías la xenofilia? Es decir, ¿te acostarías con los extraterrestres que nos visitaran?
ALBERTO DE LAS HERAS ⇒ Pues si tienen pelo, sí.
Aquaria puede visitarse hasta el 6 de octubre en La Fresh Gallery (Conde de Aranda, 5 · Madrid). Más información en www.lafreshgallery.com