En lo que llevamos de edición, es uno de los aspirantes más diestros en los fogones de Masterchef 7 y también, por razones que saltan a la vista, uno de los más sexys que han pasado por el talent show. Aleix Puig tiene, además, un punto showman que saca a la luz en redes sociales. Sirva como ejemplo este selfi de febrero de 2016 en donde el catalán se travestía como una suerte de Lara Croft.
«Asín que cojo el bolso y me voy de fiesta con mis amigas. Besitos, chicos”, bromeaba a pie de foto. Probablemente por la fecha de la que data el autorretrato la caracterización se deba a alguna fiesta de carnaval, aunque hay que reconocer que, con lo bien que le sienta el look, debería ponerse peluca, sombra de ojos y ropa así de ajustadita más a menudo.
Tiene 26 años, es de Manresa y tuvo que dejar sus estudios para ser cocinero por causas mayores. “Cuando llevaba año y medio haciendo formación de cocina, ocurrió un problema familiar y tuve que dejarlo y empezar a trabajar en las pescaderías de mi madre”, explicaba Aleix Puig en su vídeo de presentación en Masterchef 7.
Aunque el catalán no tuvo su mejor día en el segundo programa, y presentó desastrosos merengues en lugar de la croquembouche que les habían pedido, en el primer programa dejó clara su pasión por la profesión. «Dentro de mí, hay un chef que la vida me ha obligado a hibernar. Masterchef es la última oportunidad para que pueda recuperar mi sueño”.
Otra de sus aficiones es el fútbol, al que se dedicó durante doce años, y que le ha convertido en una persona muy disciplinada, cualidad que le vendrá de perlas en su paso por el reality. “Quiero ser el número uno, he venido a ganar”, dijo tras preparar su terrible postre.
Le gustan las chicas, aunque está soltero porque se aburre rápidamente de las relaciones. Sabe que tiene fama de chulito y que su imponente físico le acompaña. Aunque en Masterchef 7 todavía no le hemos podido ver sin mandil, en sus redes sociales ha compartido públicamente muchas fotos mostrando su cuerpo. ¡Sabooor!