Tras una semana de lo más intensa, parece que la calma ha llegado a la casa de Guadalix de la Sierra.
Ayer en la gala, varios concursantes protagonistas de fuertes peleas a lo largo de la semana tuvieron la oportunidad de sincerarse en la sala de expulsión. Bárbara y Fernando, Clara y Adara, Rebeca y Meritxell…
Pero la conversación más esperada no tardó en darse. Adara y Miguel hablaron con calma, y ambos se disculparon por las formas que habían empleado. Miguel fue el primero en firmar la paz. “Esto no es una guerra, somos tres sufriendo y no hay ganadores”.
Podríamos decir que es el comienzo oficial de una tregua en la casa, y es que Miguel, ganador de la prueba para entrar en el club, decidió ocupar el lugar de Bárbara en vez del de Adara. “Quiero dar una oportunidad a Adara y expulso a Bárbara”.
Desde Shangay nos preguntamos cuánto permanecerán las aguas en calma. La verdad es que esta extraña cordialidad nos pone los pelos de punta, y preferimos a los concursantes en toda su esencia.