Este día tenía que llegar. Y es que, al igual que la OMS retiró en 1991 la homosexualidad de su lista de trastornos mentales, hoy damos un pequeño paso hacia la despatologización de la transexualidad. Así pues, en Cataluña “se deja de considerar la transexualidad como una enfermedad porque es una realidad”, tal y como ha manifestado el Consejero de Salud, Antoni Comín.
De esta manera, ya no se requerirá un informe psicológico y psiquiátrico de disforia de género para comenzar el proceso de hormonación ni para realizar una operación de cambio de sexo. Actualmente hay 437 personas en tratamiento para cambiar de sexo, y se prevén unas 90 nuevas cada año.
El modelo catalán no solo es pionero en Europa en cuanto a la despatologización de la transexualidad, sino que prevé otras mejoras en las coberturas sanitarias que afecten a los transexuales. Por ejemplo, formación más específica para el personal.
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