Juan Andrés Benítez. Así se llamaba el gay asesinado en octubre del 2013 por ocho Mossos d’Esquadra en el barrio de El Raval en Barcelona. En el juicio, los policías reconocieron haberle propinado a Benítez dos patadas y cinco puñetazos en el tren superior, seis puñetazos y golpes de rodilla en sus extremidades inferiores y repetidas patadas en la parte lateral izquierda inferior del cuerpo.
Los ocho fueron condenados a dos años de prisión y suspensión de empleo y sueldo durante ese tiempo; asimismo, se especificó que no podrían patrullar durante cinco años por el barrio de El Raval.
Aunque fueron muchas las voces que pidieron la expulsión definitiva de los ocho culpables del cuerpo policial catalán, Ciudadanos, Partido Popular y Junts pel Sí han unido fuerzas en el Parlament para evitarlo. Finalmente, todos se reincorporarán a sus puestos.
Resulta cuando menos indignante que se siga confiando en estos ocho individuos para preservar la seguridad en Cataluña. También es una falta total de respeto a la memoria de Juan Andrés Benítez, teniendo en cuenta la brutalidad con la que lo asesinaron.