No hacen ninguna locura destacable en su tercer disco, salvo darle brío a su vena reflexiva, que explotan en baladas y medios tiempos funkies que pueden descolocar a algunos fans integristas. No hay que asustarse: la pizpireta Julie Budet y los guapos GrandMarnier y Tepr mantienen intacta la esencia de Yelle, y el vigor que imprime a la producción su nuevo mentor, nada menos que Dr. Luke, les viene muy bien.
El disco arranca con un trío ganador, el tema que da título al disco, Ba$$in y Coca sans bulles, –esta última, la que más fácilmente recuerda a hits previos del trío–. Les soupirs et les refrains introduce ya ese ramalazo romanticón que se desarrolla aún más en Nuit de baise –partida en dos, curiosa elección–, que por mucho que hable de sexo explícito no lo parece. Será por el francés, y por los atmosféricos sintetizadores tan del tecno-pop clásico de los 80 –aquí están combinados My Mine, Lio y Flash and the Pan con un sutil deje italodisco, nada menos–.
En Moteur action, hit en potencia, Julie proyecta un nervio vocal hasta ahora inédito: un acierto. Y cuando bajan el tempo les funciona mucho mejor la tensión dubstep de Bouquet final que el empalago melódico de Florence en Italie. Lo mejor es que la versatilidad de la que hacen gala confirma que Yelle tienen cuerda para rato. Lo demostrarán en directo en el madrileño club Ochoymedio este sábado 13 de diciembre.
Nota: 7,5