Algo ya innegable es que Gran Hermano 17 ha sido la edición menos vista de la historia. Cada semana hemos visto como la audiencia iba siendo cada vez menor, y muchos nos preguntábamos por qué.
Este fracaso podría deberse a la pérdida de interés del público por el formato, pero si ha funcionado asombrosamente bien durante dieciséis ediciones (y otras cuatro de GH VIP), a priori no tendría mucho sentido.
Otro motivo podría ser el casting, pero es fácil recordar ediciones más flojas donde abundaban los “concursantes-mueble”, y que aun así han sido exitosas.
Por lo tanto, muchos apuntan que el quid de la cuestión podría ser el cambio de presentador. Jorge Javier Vázquez ha señalado que las redes sociales han tenido mucho que ver en esto. «Creo que en las redes yo era la reencarnación del Demonio de Tasmania, y digo creo porque no sé cómo se hace para estar al tanto de lo que se cuece en ellas. Cuando alguien me dice: ‘En las redes te están poniendo a parir’, yo siempre pongo cara de póquer porque parece que me estuvieran hablando en esperanto».
Lo cierto es que su comportamiento ha sido duramente criticado, y lejos de tener una relación cercana con concursantes y familiares como era habitual en Mercedes Milá, él mismo ha protagonizado conflictos con más de uno: Clara, Fernando, la hermana de Montse…
«Hubo quien decidió que, sin Mercedes, sería un fracaso, y así lo ha mantenido durante toda la edición. Inútil luchar contra esa tendencia. Alguno pensará que escribo así porque estoy rebotado».