En el año 2000 –ahí es nada– llegó a la gran pantalla una de las sagas de superhéroes más exitosas de la industria del cómic. X-Men supuso una de las primeras piedras de un fenómeno cinematográfico que hoy se encuentra en mejor forma que nunca, y aún le queda mucho recorrido. La presentación de los personajes que creó el fallecido Stan Lee –fundador de Marvel– en los años 60 fue un éxito en taquilla y supuso la inclusión, en el imaginario de quienes no habían leído los cómics, de mutantes como Magneto, Charles Xavier, Lobezno, Tormenta o Jean Grey.
Las aventuras de estos protagonistas se desarrollaron en una trilogía que tuvo su cierre con La decisión final en el año 2006. En ella se narraba la conversión del personaje de Grey –una poderosa telépata con poderes telequinéticos que forma parte de los X-Men– en un alter ego inundado por la oscuridad (Fénix). Pero realmente, esta historia no formaba parte de la trama principal. Uno de los responsables del guion de este fin de ciclo fue Simon Kinberg, quien más de diez años después se ha puesto a los mandos de X-Men: Fénix Oscura.
La nueva película de la saga de mutantes se ubica en una realidad diferente a la que conocimos en la mencionada trilogía original –la causa se encuentra en X-Men: Días del futuro pasado–, y por tanto puede permitirse recuperar la transformación del personaje de Jean Grey, ahora interpretado por Sophie Turner, en una especie de villana.
Podríamos considerar este nuevo capítulo una relectura de la historia que el propio Kinberg escribió en su día. “Creo que hay algo inherente a esta historia que es real y con lo que nos podemos identificar, por eso ha perdurado a lo largo del tiempo. Aquí la heroína también es la villana. No hay blanco o negro, es todo un poco gris, y esto refleja el mundo en el que vivimos. La gente a la que admiramos puede ser imperfecta, como nosotros mismos”, cuenta el cineasta Simon Kinberg.
“Los tiempos han cambiado y ya no son los hombres los que lideran esta franquicia”
(Simon Kinberg)
Sin embargo, la diferencia entre las dos películas –llamémoslas homólogas– son notables; empezando por que en esta última Jean Grey es la absoluta protagonista. “En X-Men: La decisión final, el argumento de Fénix estaba en un segundo plano, me centré más en los personajes de Charles, Magneto, Lobezno… Ahora sí he querido contar la historia de Fénix Oscura siendo más fiel a los cómics, haciendo que Jean sea el centro de la película. Tal vez en aquel momento al estudio le daba miedo contar una historia tan compleja como esta, o no se atrevieron a poner a una actriz como protagonista, pero ahora estamos en otros tiempos”.
Las palabras de Kinberg tienen que ver con el empoderamiento de la mujer que estamos viviendo en la actualidad. Un paso adelante para el feminismo al que la cinta, aunque se desarrolla en 1992, hace un guiño en un momento en que el personaje de Jennifer Lawrence (Mística) propone cambiar el nombre de X-Men por el de X-Women. “El título de la película en inglés es solamente Fénix Oscura (Dark Phoenix), porque creo que era importante centrarse solo en ella. Ya no son los hombres los que lideran esta franquicia”, explica el director. “Con respecto al nombre de X-Women, he respetado lo que los creadores hicieron en su día, pero en esta historia he querido que en el título Jean fuera la única protagonista”.
Este tipo de gestos en grandes blockbusters como el que ocupa estas líneas son piezas clave en el camino hacia la igualdad, aunque, siendo honestos, se echan en falta mensajes similares orientados hacia la visibilidad del colectivo LGTB.
Por alusiones, Sophie Turner, aún con la resaca del boom que ha supuesto el épico final de Juego de Tronos, se convierte en ejemplo de esta necesaria conquista de la mujer, y en el centro de todas las miradas en este esperado estreno. Ella es la encargada de dar vida a esta joven mutante a la que conocimos –siempre hablando de esta segunda realidad de la saga– en el anterior título, X-Men: Apocalipsis (2016), donde ya se vio el gran potencial del personaje. “Interpretar a Jean Grey ha sido cumplir un sueño de mi infancia. Me encanta formar parte de una saga que la gente ama desde hace tanto tiempo”, cuenta la actriz inglesa. “Este es uno de los primeros cómics que leí, cuando tenía cinco o seis años. Es un personaje que siempre me ha fascinado por su complejidad”.
El interés que siente Turner está más que justificado, ya que estamos ante una de las tramas más interesantes del mundo Marvel. En X-Men: Fénix Oscura, el famoso equipo de mutantes liderado por Charles Xavier se ve inmerso en una misión espacial para salvar a varios astronautas que se han visto amenazados por una extraña fuerza cósmica. En el rescate, Jean Grey debe utilizar sus poderes para proteger la nave en peligro, mientras el resto de los X-Men pone a salvo a los supervivientes.
Es entonces cuando la desconocida fuerza alcanza a la joven, causando un cambio irreversible en su interior. Sus poderes alcanzan niveles insospechados, y los muros que bloqueaban los recuerdos funestos de su infancia en su cabeza se derrumban, provocando un peligroso desequilibrio que desemboca en la liberación de Fénix. Una versión más poderosa de Grey que se ve atraída por el lado oscuro. Es así como se convierte en una amenaza para los suyos. “En la película podemos identificar temas como las enfermedades mentales o las adicciones, vemos cómo eso afecta a su familia y a sus seres queridos. Es algo que quería representar”, cuenta la protagonista.
No fue su trama el único incentivo de la actriz para meterse en la piel de Fénix. “También está el atractivo del reparto. X-Men me ha dado la oportunidad de trabajar y rodearme de mis actores favoritos”. Turner se refiere a la mencionada –y ganadora de un Oscar– Jennifer Lawrence, James McAvoy (Charles Xavier) o Michael Fassbender, quien asegura que su personaje, Magneto, le ha enseñado a ser mejor persona. “Me ha hecho más tolerante y comprensivo. He podido entender ciertos comportamientos extremos de algunos villanos, y me ha ayudado a hacer un viaje para saber qué le ha pasado a cada uno, por qué se comportan así… Me hace entender las razones por las que nos tratamos los unos a los otros de una manera u otra”.
“Si esta fuera la última película de X-Men, sería la forma perfecta de terminar la saga”
(Sophie Turner)
Los villanos son tan importantes como los héroes en la saga X-Men, y la encargada de ponerles las cosas difíciles a los mutantes que luchan contra el mal en esta nueva entrega es la actriz Jessica Chastain. La ganadora del Globo de Oro interpreta a la líder de una raza alienígena que ha seguido por todo el universo la fuerza cósmica que Jean Grey ha absorbido. Por ello intentará controlar a Fénix para conseguir los propósitos de su raza, y hacerse con el poder de toda la galaxia. “Lo que más me ha gustado de este personaje es que es verdad que intenta manipular a Jean en beneficio propio, pero a la vez la empodera”, nos cuenta Chastain. “Mi personaje le insiste en que crezca y tome el control de su poder y su rabia… Para que deje de seguir las normas de los hombres y cree las suyas propias”.
Y, de nuevo, la actriz estadounidense hace mención a las palabras del director, y aprecia que en X-Men: Fénix Oscura se haya roto la polaridad entre el bien y el mal. “En esta película, los héroes hacen cosas malas y a veces egoístas, y los villanos pueden empoderar… Eso es lo que más me ha gustado”.
Los fans de la saga llevan varios años esperando el estreno de este nuevo capítulo con el que se cierra una etapa para los X-Men. “La película es el fin de este arco argumental”, explica el director y guionista. “Pasamos un ciclo con las originales, y el que comenzó con X-Men: Primera generación acaba con Fénix Oscura. Ya no sé qué va a pasar a partir de ahora…”.
Las dudas de Simon Kinberg son compartidas por el público, y más aún considerando la posible inclusión de los mutantes dentro del archiconocido universo cinematográfico de Marvel tras los movimientos de los estudios de ambas franquicias. “Creo que Jean Grey debería hacer una película con Thor, por ese pedazo de martillo…”, bromea Chastain.
Los rumores son muchos, y los millones de seguidores de los héroes de Marvel esperan que pronto lleguen las respuestas. “A mí me encantan estos personajes, y amo a los actores que los encarnan; me gustaría ver que siguen adelante sea como sea”, desea el director. Sophie Turner cree que, de ser el fin de la saga, sería un buen desenlace. “Es la culminación de todas las películas de X-Men. Si esta fuera la última, sería la forma perfecta de terminar”.
Más allá de las incógnitas, el director y los miembros del reparto se quedan con el trabajo que han hecho en esta nueva –¿y última?– parte la historia de los mutantes, y con todo lo que han vivido juntos. “Llevamos muchos años juntos, somos como una familia. He tenido un gran equipo delante y detrás de las cámaras”, sentencia Kinberg.
LA PELÍCULA X-MEN: FÉNIX OSCURA SE ESTRENA hoy en cines