Todos estos museos tienen cosas en común: están ubicados en gloriosos palacios burgueses del XIX, de los más bellos de Madrid. Lo que ya es un aliciente: de los pocos que quedan, apenas estos son visitables.
Bajo el lema Cinco Museos. Otro Madrid, plantean un recorrido por las partes nobles de Madrid –barrio de Salamanca y alrededores– ajeno a las largas colas y el exceso de visitantes, con un abono común para visitarlos todos en diez días y por la módica cantidad de 12 euros (a la venta en la taquilla del primero al que acudas), una tarjeta de fidelización e información sobre sus actividades especiales y puntuales, y poniendo como aval las maravillas que atesoran: desde artes decorativas, joyas, muebles y porcelanas a grandes obras maestras de la pintura. Con el extra añadido de que, en varios de ellos, el rastro de quienes los habitaron está presente: se conservan salones enteros que dan buena cuenta de cómo vivían los españoles aristócratas y burgueses más ricos de aquellos años.
• MUSEO LÁZARO GALDIANO
La casa palacio de este gran intelectual y coleccionista, que legó todo su patrimonio, incluso el financiero, al estado español tras la muerte de su mujer y su único hijo, atesora una colección de colecciones. Lázaro Galdiano lo quería todo, y entre sus posesiones hay desde armaduras y armas hasta magníficas piezas de orfebrería (una de las perlas irregulares más grandes del mundo, montada como cuerpo de Neptuno, está en sus vitrinas). Y, por supuesto, pintura: varias obras maestras de Goya (entre ellas su Akelarre) y también de El Bosco o Lucas Cranach, además de una ingente colección de pintura española, italiana, holandesa, flamenca y británica en una sucesión de salones por las cinco plantas del edificio.
El Museo cuenta además con un bellísimo jardín con rosaleda –en el que en breve esperamos que haya cafetería con terraza– y además es pionero en vincularse con el arte contemporáneo: en febrero, Jorge Galindo reinterpretará su colección, entreverando y escondiendo obras contemporáneas a lo largo del museo.
NO TE PIERDAS: Su colección de objetos arqueológicos. Hay piezas magníficamente conservadas, incluso de la cultura de Tartessos, esa de la que hoy seguimos sin saber prácticamente nada (ni siquiera si vivían en Huelva, en Cádiz o en el delta del Ebro).
TE DEJARÁ MUERT@: Su colección de textil. No sabemos si lo tuyo es la moda, los trapos o el diseño, pero aquí, en cómodos cajones extraíbles, hay cientos de retales de telas que abarcan desde el medievo hasta el siglo XIX. Una de las mejores colecciones del planeta.
C/Serrano, 122. Más información AQUÍ
• MUSEO CERRALBO
Fundado por otro coleccionista –también político carlista y el primer arqueólogo serio que tuvo este país–, el Museo Cerralbo ha logrado mantener incólume el espíritu de la casa palaciega del aristocrático marqués: él mismo la concibió como una galería de arte. Sus salones permanecen tal y como él los vivió, entre lámparas venecianas, jarrones de Sevrès y piezas arqueológicas del siglo VI a.C., el abigarramiento es tal que te costará encontrar incluso las obras maestras que esconde: entre ellas un Greco notable.
También tiene una de las mejores colecciones de dibujo renacentista de España, pero desgraciadamente solo está parcialmente exhibida, en un pasillo oscuro (para que la luz no acabe con ellos).
NO TE PIERDAS: Su salón de baile. Es una joya, a veces el museo lo ha utilizado para pequeños conciertos, y tiene una doble altura desde la que el marqués, entre amorcillos, podía cotillear impunemente a sus invitados. En sus frescos, personajes de la época, así que puedes jugar al quién es quién.
TE DEJARÁ MUERT@: El jabalí renacentista, del siglo XVI, copia de uno similar que está en el Palacio Pitti de Florencia, que se esconde en su jardín.
C/Ventura Rodríguez, 17. Más información AQUÍ
• MUSEO NACIONAL DE ARTES DECORATIVAS
Fundado en 1931, ocupa el impresionante palacio de la Duquesa de Santoña, entre las plazas de Cibeles y Alcalá. Los objetos de uso cotidiano –y también de extremo lujo– que atesora van desde el siglo XVI hasta nuestros días, en una inabarcable muestra de mosaicos, porcelanas, joyas, mobiliario de todas las épocas, marfiles y tejidos.
Las escribanías y sillas medievales se combinan aquí con piezas de cerámica y porcelana de cinco siglos, que te permitirán comparar calidades –la loza española no sale muy bien parada–, con una parte importante dedicada a las artes decorativas orientales. Una gozada para la vista, y también un verdadero catálogo de ideas si estás planteándote hacer alfarería o montar una tienda de antigüedades.
NO TE PIERDAS: Si te gusta invitar al té a l@s amig@s, las vajillas vienesas de su colección te van a poner roja de envidia.
TE DEJARÁ MUERT@: Su colección de Rosas de Pecho: un tipo de broche muy común entre 1650 y 1750, que desgraciadamente nadie se atrevería a llevar hoy. Muchos incluyen hueco para reliquias, retratos del ser amado o lo que se te ocurra.
C/Montalbán, 12. Más información AQUÍ
• MUSEO CASA SOROLLA
La vivienda y el taller del más grande de los pintores impresionistas españoles, Joaquín Sorolla y Bastida, se conserva prácticamente igual que la dejó. De hecho, es de las casas-museos de artistas mejor conservadas de Europa. Sus salones, abiertos a un jardín que es una maravilla de agua y flores, al modo andaluz, compiten con los tres estudios del artista, donde el pintor creaba y recibía a sus clientes, que atesoran la mayor colección conjunta de sus cuadros que existe.
Se pueden visitar incluso sus habitaciones privadas, hasta la cocina, lo que da buena idea de cómo se vivía en el Madrid de principios del siglo pasado, aparte de revisar varias series del pintor: desde sus famosas escenas de playa hasta una extensa visión de los tipos humanos y estéticos del folclore regional.
NO TE PIERDAS: Sorolla intercambiaba obra con otros artistas, así que en el museo hay una buena muestra de pequeñas esculturas de sus coetáneos: Benlliure, Capuz, Clay o Clará. También las hay de su hija, Elena Sorolla, e incluso una de Rodin.
TE DEJARÁ MUERT@: La colección de cerámica popular española del propio pintor: Talavera, Manises, Alcora, Paterna… que de por sí ya es un legado importante. Destaca una de las paredes, en la que se acumula una ingente muestra de pequeñas pilas benditeras domésticas.
Pº General Martínez Campos, 37. Más información AQUÍ
• MUSEO DEL ROMANTICISMO
Ubicado en un palacio neoclásico de austera arquitectura madrileña, está a un tiro de piedra de la plaza de Chueca. Tiene un pequeño jardín con terraza y bar, que se ha convertido en un secreto a voces para desayunos en la más absoluta tranquilidad.
Las diversas plantas del museo mantienen gran parte de los muebles y obras de otro intelectual español, el Marqués de la Vega Inclán, a los que se han añadido con los años otras piezas del periodo romántico español: lienzos de Madrazo, Esquivel o Alenza, e incluso un Goya apreciable por lo que tiene de poco común: el retrato de San Gregorio con toca papal, en un pintor muy poco dado a lo clerical. Conserva además bellos salones, comedores y despachos que son una inmersión en el Romanticismo y la vida del XIX.
NO TE PIERDAS: El museo tiene un pequeño cuadro que es posiblemente la máxima expresión del romanticismo, y de las pocas pinturas del mundo dedicadas al tema: Sátira del suicidio romántico.
TE DEJARÁ MUERT@: Pues dudamos si el collar orfebre realizado con un complejo entrelazado de cabello humano, o el retrete que usaba Fernando VII. Como lo lees: exhibido con todos los honores, para acercarnos a eso que compartiremos reyes y súbditos hoy y siempre.
C/San Mateo, 13. Más información AQUÍ