Follo, ergo sum se auto-presenta “como un programa de televisión sobre las prácticas sexuales no normativas y pensamiento, que dinamita el discurso hegemónico en torno al sexo y da voz a nuevas verdades sobre el placer”.
Sus creadoras son cuatro chicas de 23 años, estudiantes de comunicación audiovisual: Alba Cid, Laia Vaello, Sofia Esteve y Marina Freixa, que consiguieron financiar su proyecto a través de una campaña de micromecenazgo en Verkammi. Aunque solo han grabado el programa piloto, ya han sido fichadas por Barcelona Televisió, la televisión pública de la ciudad condal.
Su intención es investigar y elaborar con cada capítulo un discurso filosófico sobre aquellos objetos, partes del cuerpo, deseos o prácticas de los que no se habla abiertamente o que incluso se ocultan deliberadamente. Así, mediante entrevistas a teóricos expertos en género y sexualidad, se desentrañan asuntos que desafían y demontan la cisheteronormatividad establecida.
El primer episodio está dedicado al placer anal y a la teoría que entiende el ano como un espacio sobre el que se crea el binarismo del hombre-impenetrable y de la mujer-penetrada. Aunque de momento sus creadoras solo prevén dos capítulos más, han adelantado que el segundo estará dedicado al BDSM (Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo) y a los roles de dominación y sometimiento en el sexo.
El componente pedagógico de Follo, ergo sum es innegable, ya que nos invita a conocer nuestros cuerpos, nuestro género, nuestra sexualidad y nuestra identidad sin poner límites. Una herramienta que no solo debería ver el público queer y feminista –espectadores más afines a la ideología del programa– sino, sobre todo, aquellas personas que necesitan romper tabúes, ampliar, actualizar y/o reeducar sus conocimientos sexuales.
Para ver el capítulo sobre placer anal de Follo, ergo sum, pasa página