Como los grandes artistas soul y las grandes folclóricas, Sampha es de esos artistas que impactan por su desgarro y por cómo abre su corazón a través de su voz.
Tras un EP editado en 2010 y una llamativa lista de colaboraciones (con SBTRKT, Jessie Ware, FKA twigs, Frank Ocean, Kanye West o Solange), por fin ve la luz su primer álbum, Process. Un disco marcado por la muerte de su madre, víctima de un cáncer, y el íntimo proceso de duelo y replanteamiento de vida experimentado a posteriori. Y que ahora tiene que explicar también en entrevistas. Algo que no resulta fácil para alguien tan tímido. “Se me hace raro hablar tanto sobre mí mismo”, confiesa a media voz. “Aunque estoy aprendiendo muchas cosas a la vez, porque tengo que buscar respuestas a cuestiones que ni me había planteado. Es una experiencia catártica, como lo ha sido grabar mi álbum”.
“No concibo que se pueda juzgar a alguien en función de su preferencia sexual o en base a convencionalismos sociales relacionados con la masculinidad o la feminidad”
Ha tenido mucho que procesar, de ahí su título, y el resultado es un disco íntimo, intenso y emotivo. “Ha sido un desafío que he disfrutado muchísimo, a pesar de todo el dolor a nivel personal que ha implicado. Me encerré en un estudio en una pequeña isla en la costa noruega a grabarlo, y durante un tiempo solo respiré música y naturaleza, me olvidé de las distracciones habituales que habría tenido en Londres”. A los 28 años, asegura que por fin tiene cierta confianza en sí mismo como solista, y no ha dudado a la hora de abrirse en canal en un disco que ha controlado de principio a fin. “He aprendido que, en ocasiones, es importante sacar fuera lo que sientes, sobre todo si eres tan reservado como yo. Porque así es más fácil para los demás ayudarte si estás mal. Hasta ahora yo era de callarme todo y sufrir en soledad… Ya no”.
La fragilidad de su voz y la vulnerabilidad que rezuman sus canciones dejan bien claro que no va de macho alfa, y confirma que ni lo pretende. “Cuando en 2008 descubrí a Kwes vi que no estaba solo, que no era el único cantante británico dispuesto a mostrarse vulnerable, y eso me reconfortó. Porque cuando empecé a cantar, siendo adolescente, me sentía completamente desnudo. Descubrir que cada vez hay más intérpretes como yo me refuerza”.
Creció admirando a Stevie Wonder, Tracy Chapman, Joni Mitchell o Donny Hathaway. “También a Kanye West, que en The College Dropout, uno de mis discos de cabecera, también mostraba su vulnerabilidad”. Está claro que esa característica le hace conectar con otros artistas, y viceversa, porque cada vez son más los productores e intérpretes que buscan el talento y la sensibilidad de Sampha para enriquecer sus canciones. Así ha sucedido con Kanye West, que además de contar con él en The Life of Pablo ha coescrito Timmy’s Prayer en Process. Y si desde fuera parece arrogante y engreído, Sampha asegura que en el trato cercano no es en absoluto así. “Conocerle fue como protagonizar una versión de El mago de Oz”, bromea. “Descubrí que lo que había tras toda la parafernalia era una persona de carne y hueso, que ni mucho menos era amenazante, ni me miraba por encima del hombro”.
“No por ser un hombre negro siento que tenga que mostrarme superagresivo. Lo hice cuando era muy joven, para sentir que encajaba con mis amigos”
También ha jugado un importante papel creativo en el último disco de Solange, A Seat at the Table, y de nuevo le resta importancia al hecho de formar parte de uno de los grandes discos de r’n’b de 2016. “Me invitó a Nueva York a colaborar y ver qué salía. En un principio me dio la sensación de que no sabía mucho de mí, que me veía más como compositor de letras que otra cosa. Es una mujer que tiene claro lo que quiere, y cuando vio que también toco el piano y produzco me dio más margen, y de repente se creó una conexión muy buena entre ambos. Disfruté mucho esa colaboración”.
Y para él fue un subidón verse en Saturday Night Live interpretando con Solange Don’t Touch My Hair. “Fue surrealista ver entre el público a Jay Z y al marido de Solange moviendo las cabezas, disfrutando como locos, mientras el resto del público estaba completamente estático. Aunque no querría que pareciera que me encanta presumir todo el rato de la gente famosa que conozco…”.
Es evidente que está bien relacionado, pero no quiso aprovechar esa circunstancia para llenar su álbum de colaboraciones ilustres. “No se me da bien trabajar con otras personas en la música que compongo y canto. Ahora mismo solo quería demostrar que me siento cómodo conmigo mismo”. Y con la autoestima reforzada, comenta que el respeto que siente hacia él es el que pide hacia cualquiera. “A día de hoy no concibo que se pueda juzgar a alguien en función de su raza, del modo en que viste o su preferencia sexual. O en base a convencionalismos sociales relacionados con la masculinidad o la feminidad”. Lo dice porque él es consciente de que no encaja con algunos de esos convencionalismos. “No por ser un hombre negro siento que tenga que mostrarme superagresivo o algo parecido. Lo hice cuando era muy joven, para sentir que encajaba con mis amigos, porque ellos veían la vulnerabilidad como sinónimo de debilidad. Ahora tengo claro que es todo lo contrario, un signo de fortaleza y conciencia”.
EL ÁLBUM PROCESS DE SAMPHA SALE A LA VENTA EL 3 DE FEBRERO EDITADO POR YOUNG TURKS/POPSTOCK!