Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Little Simz es la jefa ahora mismo. Escúchala si no en Boss, uno de los singles de su espléndido tercer álbum, GREY Area, candidato al premio Mercury a mejor álbum británico del año.
Con su voz distorsionada y su actitud desafiante, Little Simz te atrapa. Como su disco: hip-hop de altura con toques de grime, soul y funk (qué buena es Selfish), que la ha puesto en primer plano, a sus 25 años, como una de las artistas de música urbana más creativas del momento.
Little Simz tiene fama de reservada, ella misma lo ha afirmado en numerosas entrevistas, en las que suele decir que le cuesta mucho abrirse cuando las da. Cuando nos coge el teléfono a nosotros lo hace con un tono de voz de lo más dulce. “Estoy sobrepasada por la buena acogida que ha tenido el disco”, confiesa. “Procuro no pensarlo demasiado, pero es muy gratificante comprobar que hay tanta gente que disfruta con mi música tanto como yo. No me puedo quejar”.
En GREY Area, por gratificante que fuese para ella grabarlo, se siente cierto dolor en algunos momentos, y es que para la británica de origen nigeriano sacar a la luz todo lo que siente por dentro también es motivo de felicidad. “En el disco hay dolor, sí, y frustración. Y todo tipo de recuerdos y experiencias plasmados, positivos o no. Cuando compongo saco todo lo que llevo dentro; pero no quería que fuese un disco excesivamente oscuro, así que aposté por esa zona gris, por cierto equilibrio”, dice riendo.
“Todas las etiquetas limitan, y ninguna encaja con mi ambición”
Llama la atención que una artista tan joven, que en 2015 debutó a lo grande con A Curious Tale of Trials + Persons, reflexione como lo hace en su nuevo álbum sobre el dolor que causa vivir; y lo hace con letras afiladas y, en ocasiones, sí, dolorosas. ¿A los 25, y con éxito, le resulta tan duro el día a día? “Soy así, no lo puedo evitar. Me siento en ocasiones muy expuesta, y no es fácil. Cuando no puedo compartir de otra manera lo que siento, lo convierto en canción”. Asegura que desde pequeña encontró en la composición la manera de sentirse mejor cuando no pasaba por un buen momento. “Componer letras ha sido siempre liberador para mí. Porque soy una persona introspectiva, y no siempre he sabido compartir con gente a mi alrededor lo que siento”.
Eso sí, se sube a un escenario o graba un vídeo y suele aparecer fiera como ella sola. “Es que me subo a un escenario y me siento imbatible, empoderada”, explica. “Amo la música más que cualquier otra cosa, y creo que se nota cuando tengo al público delante”. Tanto GREY Area como sus conciertos le permiten mostrar también que no solo le gusta el rap, que sus gustos son muy variados. “Trabajando con mi productor Inflo en el estudio nos propusimos plasmar esa versatilidad. No es fácil hacerlo, porque implica un esfuerzo extra, pero cuando lo logras el resultado es mágico”. Como ha sido el caso con su tercer álbum. “Quiero seguir en esta línea, me resulta muy gratificante”.
De ahí que le hayan salido singles tan optimistas y bailables como Selfish [Egoísta]. “Me parecía importante darle a ese adjetivo una connotación positiva. Porque en ocasiones es importante mirar dentro de ti y celebrarte a ti mismo. Hay que tener amor y compasión por uno mismo”. Dice que es muy importante para ella estar rodeada de la gente adecuada, que le mantenga con los pies en el suelo. No querría por nada del mundo perder el contacto con su realidad por culpa del éxito. “Nunca me verás tener un arranque de diva”, asegura entre risas. “Siempre busco ser lo más justa posible, y obviamente trato a la gente a mi alrededor de la misma manera que quiero que me traten a mí”.
Hay una cosa que no le gusta que le llamen: ‘rapera femenina’. Etiquetas como esa sí le pueden hacer perder por unos momento su habitual compostura. ¿Y eso? “Porque soy artista, sin más. Me parece que etiquetas como esas te limitan, y pueden lograr que haya personas que, por ese motivo, no se acerquen a tu música”. Tiene sentido. “Si escuchas mi álbum, compruebas lo variadas que son mis influencias, que toco distintos géneros. Si escuchas que soy una ‘rapera femenina’ y ese rollo no te va, seguramente no prestes atención a lo que hago, aunque quizá podría gustarte… Todas las etiquetas limitan, y ninguna encaja con mi ambición. Eso sí, que haya artistas que se definen como ‘raperas femeninas’ me parece muy respetable, si es así como se sienten”.
“Me subo al escenario y me siento imbatible y empoderada”
En un universo como el de la música actual, en el que son mujeres las artistas que más destacan, no le preocupa que tengan que seguir luchando por su visibilidad, porque está más que dispuesta a batallar lo que haga falta para lograr un respeto cada vez mayor. “Admiro a tantas mujeres que todas me inspiran y me hacen sentir que esta lucha merece la pena. Desde mi madre a mis primas, pasando por Michelle Obama o Lauryn Hill”, afirma. “Para mí, lo primero es seguir ordenando mi cabeza, que no es fácil”, dice entre risas. “Y seguir acumulando experiencias. He conocido a gente buena y mala, y de toda se aprende. No pretendo ser ejemplo para nadie; primero tengo que tener claro quién soy en realidad, como le pasa a todo el mundo. Ante todo, lo que quiero es ser una buena persona”.
EL ÁLBUM GREY AREA ESTÁ EDITADO POR AGE 101 MUSIC/AWAL/EVERLASTING