Cinco activistas fueron detenidos el jueves cuando se dirigían a la fiscalía de Moscú para entregar dos millones de firmas. Los activistas habían llevado a cabo una recogida de firmas para pedir la investigación de los crímenes cometidos contra homosexuales denunciados en Chechenia.
Fueron acusados de organizar una manifestación no autorizada y, finalmente, las firmas no se presentaron y habrían sido requisadas por la policía. Dos de las personas fueron puestas en libertad a las pocas horas y tres siguen detenidas, según la red LGTB rusa. Estos hechos son algo contradictorios después de que hace unos días Vladímir Putin declarara su intención de llevar a cabo una investigación en Chechenia.
El director de Avaaz, una agrupación cívica con sede en Nueva York que ayudó a recoger las firmas, ha calificado las detenciones como un “intento descarado de Rusia de intimidar a los defensores de los gays que solo servirá para acrecentar la atención del mundo a los horrores en Chechenia”.
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