Una campaña de publicidad de Coca-Cola en Hungría, en la que aparecen parejas LGTBI en actitud cariñosa bajo el lema “cero azúcar, cero prejuicios”, ha propiciado una campaña de boicot contra el refresco.
El cartel, vinculado a un famoso festival de música que se celebrará estos días en Budapest, apareció en las marquesinas de todo país y, por supuesto, también en redes sociales. Como era de esperar, esta irrupción del espíritu Love is Love no ha sido visto con buenos ojos por Fidesz, el partido de ultraderecha que gobierna el país, ni tampoco por los medios conservadores afines al regimen del primer ministro Viktor Orbán.
Pese a que la homosexualidad está cada vez más aceptada entre los húngaros, según estudios de asociaciones locales, hace unos días el diputado Istvan Boldog llamaba a sus conciudadanos a boicotear a la compañía estadounidense por considerar «provocadora” su campaña. Una petición que fue apoyada por medios de derechas, alertados por la incursión del “lobby gay” en el país, vinculando la homosexualidadcon la pedofilia.
Incluso la rama internacional de la asociación ultracatólica española Hazte Oír, llamada Citizen Go, inició una campaña online para pedir la retirada de los carteles. La petición ha logrado más de 32.000 firmas gracias al apoyo de una iglesia neoprotestante local.