Habla con un aplomo admirable, que no parece propio de alguien de su edad. En el universo indie, su primer álbum, We Sleep at Last (2015), causó un revuelo considerable. Todo apunta a que con el segundo el impacto será mayor, y en un ámbito más abierto, porque su apuesta por el pop electrónico y por dejar de lado el fuerte ramalazo folkie de su debut es una carta ganadora. Le ha salido de manera natural, asegura que no lo ha hecho con un objetivo concreto, ni en busca de mayor éxito comercial ni porque se viera presionada a hacerlo. “De hecho, todo el mundo me preguntaba si no me sentía agobiada por esa famosa presión de tener que hacer un segundo disco a la altura, y es que en ningún momento se me pasó por la cabeza… Este álbum es el resultado de lo mucho que he disfrutado haciéndolo”, afirma.
Sí reconoce que el hecho de dar un giro importante le asustó al principio, porque decidió que no iba a grabarlo sola sino con la banda –femenina– The Big Moon. Tras un primer disco introspectivo y sutil, en esta ocasión ha optado por ser todo lo explícita que le pedía el cuerpo, y por cargar las tintas sin cortarse a la hora de hablar de sus experiencias autobiográficas –románticas, eróticas y sexuales– con su novia y alguna ex. De lo más suelta, vamos.
SHANGAY ⇒ ¿Este cambio de sonido y actitud se debe a una mayor confianza en ti misma?
MARIKA HACKMAN ⇒ Sin duda. Una mayor confianza en mí como artista. Nunca había podido ser tan clara y abierta, y sentir que puedo serlo ha resultado liberador.
SHANGAY ⇒ Cuestiones relacionadas con género y homosexualidad están en primera plana esta vez…
MARIKA HACKMAN ⇒ Eso me asustaba un poco. No era algo premeditado, no es que dijera “voy a hablar de eso en este disco”, es que al ser tan honesta empezaron a salirme letras así, sin refugiarme en metáforas como antes. Me pregunté “¿Estoy preparada para desnudarme de esta manera?”. Y la respuesta fue “joder, claro” [risas].
SHANGAY ⇒ ¿De dónde viene ese cambio?
MARIKA HACKMAN ⇒ El año pasado fue extraño. Dejé mi sello y a mi mánager; fue como un divorcio, una decisión muy difícil. Durante un tiempo me sentí perdida, pero me di cuenta de que debía recomponerme y trabajar en un nuevo disco. Cuando empecé a trabajar y me vi rodeada de gente tan ilusionada como yo apareció esta nueva autoconfianza. Actuar con valentía tuvo su recompensa.
SHANGAY ⇒ Mucha gente se identificará con esa honestidad que despliegas en el disco…
MARIKA HACKMAN ⇒ Me di cuenta en un concierto de mi novia, que también es músico. Una fan se nos acercó llorando y nos dijo que gracias a nosotras había reunido el valor para salir del armario, que éramos el ejemplo que necesitaba para atreverse. En ese momento vi lo importante que era mostrarme como lo hago en este disco.
SHANGAY ⇒ ¿Fue complicado para ti salir del armario?
MARIKA HACKMAN ⇒ En absoluto. Tengo una familia muy liberal y fue sencillo, tuve mucha suerte en ese sentido. Aunque salí del armario bastante tarde, con diecinueve.
SHANGAY ⇒ ¿Qué te parece que cada vez haya más músicos LGTB que hablan abiertamente de su sexualidad?
MARIKA HACKMAN ⇒ Muy positivo, porque cuantos más artistas hablemos de estos temas con normalidad, más aceptados estarán. Lo que no me gusta es cuando se nos define por nuestra sexualidad. Porque si me enamoro de una mujer es algo mío, y aunque no tengo problema en hablar de ello, solo quiero que se juzgue mi música. Por eso no trataba estas cuestiones tan abiertamente cuando publiqué mi primer disco, quería ganarme mi puesto gracias a mi música, antes de que se me pusiera una etiqueta… Hay un movimiento queer muy fuerte ahora, y eso me hace feliz.
SHANGAY ⇒ ¿Te molesta que haya quien te denomine ‘artista lesbiana’?
MARIKA HACKMAN ⇒ Sí, porque, ya puestos, me identifico más con el termino queer, estoy abierta a enamorarme de cualquier persona. Que no me haya pasado con un hombre no significa que no pueda pasar.
SHANGAY ⇒ Violet es una de las canciones más explícitas del disco…
MARIKA HACKMAN ⇒ Sí, básicamente habla de sexo [risas]. Cuando la escucharon mis padres se sorprendieron un poco… Nunca había utilizado ese lado mío en una canción, y ha sido muy divertido hacerlo, disfruto mucho cuando la toco en directo. Como mujer, está muy bien mostrarte sexy cuando te apetece.
“Salí del armario bastante tarde, a los diecinueve, pero fue sencillo, tengo una familia muy liberal”
SHANGAY ⇒ Como mujer queer, te enfrentas quizá a prejuicios por partida doble. ¿Cómo los combates?
MARIKA HACKMAN ⇒ Uy, tengo muchas herramientas, soy muy guerrera. Aunque he tenido mucha suerte en mi vida y mi carrera hasta ahora, apenas algunos comentarios irrespetuosos por la calle, despreciando el hecho de que dos mujeres muestren sin cortarse que están juntas; son cosas de las que hablo en Boyfriend. Ah, y una vez un taxista nos echó del coche cuando vio que mi novia y yo nos estábamos besando. Es lo más agresivo que he vivido. Pienso dar la cara cuando haga falta por la gente que sufre ese tipo de prejuicios.
SHANGAY ⇒ ¿Y cómo llevas que se recalque que el disco lo has grabado con una banda compuesta solo por mujeres, The Big Moon?
MARIKA HACKMAN ⇒ Me molesta que me pregunten si las escogí para la grabación precisamente porque son todas mujeres. Lo hice porque son amigas y unos músicos increíbles. Si hubieran sido hombres los habría elegido igual, no es una cuestión de género sino de talento. Esa manía de crear barreras me raya mucho. Por eso me parece importante que hablemos de ello, aunque confío en que llegue el momento en que no haya que hacerlo, y escuchemos la música sin más. Tampoco creo que en los carteles de los festivales haya que cubrir una ‘cuota femenina’ por aquello de quedar bien. Si no te gusta lo que hace alguien, no lo contrates.
SHANGAY ⇒ El sentido del humor que despliegas en Boyfriend no es tan habitual en artistas a las que se considera ‘folkies’…
MARIKA HACKMAN ⇒ Como ya no lo soy… [risas]. Me gusta incorporar cada vez más humor a mis canciones, y si a alguien le descoloca, es su problema.
SHANGAY ⇒ También despliegas en él una vena romántica hasta ahora también inédita…
MARIKA HACKMAN ⇒ Y es peliagudo cuando hablas en algunas canciones de alguien que no sabe que vas a contar determinadas experiencias de las que forma parte, y cuando la cantas y sabes que está entre el público se va a dar cuenta… Me ha pasado ya un par de veces, pero no me dijeron nada después, fueron muy discretas [risas]. Me gusta enfrentarme a experiencias que he vivido, como en I’d Rather Be with Them, y volver a aquellos momentos, para luego ver qué reacción provoca en el público. Una canción así me pone triste en el momento en que la canto, pero en cuanto se acaba, vuelvo a la normalidad.
SHANGAY ⇒ ¿Este momento más popero en tu estilo se debe a la influencia de la música que escuchas?
MARIKA HACKMAN ⇒ Se debe a esa liberación de la que hablábamos antes. Al principio me esforzaba mucho por resultar original, esta vez simplemente me he dejado llevar por lo que me pedía el cuerpo. Puede que haya tenido que ver que de pequeña me encantaban Spice Girls, Britney Spears o Avril Lavigne, que me marcó mucho. Sigue pareciéndome que hacían muy buena música pop cuando las seguía, sobre todo comparada con la cantidad de basura que se lanza ahora.
SHANGAY ⇒ ¿Qué artistas pop actuales te gustan?
MARIKA HACKMAN ⇒ Grimes y Muna me encantan. Cada vez estoy más abierta a dejarme sorprender. Y sí, me encanta ver que somos más las mujeres que logramos llamar la atención con lo que hacemos, porque es una manera de visibilizarnos, y de que las jóvenes vean que tienen muchos referentes en los que fijarse. Algo que yo no tuve, por ejemplo.
EL DISCO I’M NOT YOUR MAN ESTÁ EDITADO POR CAROLINE/MUSIC AS USUAL. MARIKA HACKMAN ACTÚA EL SÁBADO 15 DE JULIO EN EL FIB 2017 EN BENICÀSSIM.