Un año y siete meses es el tiempo que ha necesitado Amaia para lanzar su esperado primer álbum. La expectación por descubrir cuáles serían los derroteros que tomaría su música ha copado numerosos titulares a lo largo de este tiempo, y aunque la pamplonesa ya ha presentado los temas en directo en varias ocasiones a lo largo de su gira por festivales, hoy ya pueden escucharse sus versiones de estudio, producidas por Santiago Motorizado.
Dejando atrás el adelanto que supuso Un nuevo lugar, el tema producido por Raül Refree, que finalmente no forma parte de este disco –“Aún no he pensado qué hacer con las canciones que grabé con Refree, pero puede ser que algún día las recupere”–, el primer single de Pero no pasa nada fue El relámpago. Un tema que nace íntimo y va creciendo hasta presentar uno de los finales más potentes de todo el conjunto. Su cara B podría ser Nadie podría hacerlo, donde Amaia prescinde de adornos y se acompaña tan solo de un piano.
Quedará en nuestra mente es, quizás, el tema que mejor resume el estilo de la joven cantante. Con reminiscencias a grupos como Los Fresones Rebeldes, La Buena Vida e incluso puentes que recuerdan a los primeros años de La Oreja de Van Gogh, Amaia se entrega a historias y letras naíf y al pop español más puro, sin grandes sobresaltos pero con melodías que calan en la primera escucha, como si las hubieras estado tarareando desde siempre. Otros claros ejemplos podrían ser Nuevo verano y Todos estos años.
Esas pautas marcan las diez canciones de su debut discográfico. Un trabajo con coherencia musical y sin grandes altibajos en el que sí destacan varios elementos, como el inicio y el cierre del mismo, donde encontramos las dos canciones que más se diferencian del conjunto.
La primera de ellas, paradójicamente titulada Última vez, es una introducción de tan solo un minuto en la que el sonido se ciñe a una guitarra y la voz de Amaia. Los mismos elementos que conforman Porque apareciste, el broche final. Una pieza bella y sensible que bebe de las raíces de nuestro folklore y en el que colabora Roberto, de Los Hermanos Cubero, tocando la mandolina.
Aprovechando la publicación del álbum, la cantante ha lanzado el vídeo de Quiero que vengas, el único tema en que su voz alcanza el grito (en su estribillo). Así deja claro que, aunque prime la contención, la ganadora de OT 2017 no acota la potencia de su voz.
Con este trabajo, parece que Amaia le da la espalda al potente escaparate que le ofreció la televisión, a todos aquellos que querían encontrar un Shake It Out a la española, a sonar en todas las radios, a llenar grandes estadios… Pero a la vez, abraza lo que siempre ha representado. La música más pura, la voz y las cuerdas, el pop inocente, las canciones de aquella Marisol que marcó su infancia y también su creatividad.
Amaia no ha querido responder a lo que se esperaba de ella y ha preferido ser honesta y sincera consigo misma. Esa honestidad marca este primer disco, y quién sabe si su carrera. Y es que si algo ha dejado claro en sus múltiples entrevistas, es que la navarra nunca se cierra a nada, y se deja llevar por sus propios instintos. Como decía Machado, “al andar se hace el camino”.
Fotos: Josema Mateos
el álbum pero no pasa nada de amaia está editado por universal music spain