No te descubrimos nada que no sepas a estas alturas: uno de los usos habituales de las redes sociales es el ligoteo. El tonteo virtual varía sus maneras dependiendo de la plataforma que emplees. Si en Facebook el primer contacto llega en forma de petición de amistad para luego continuarlo con mensajes directos, en Instagram se manifiesta mediante ‘megustas’ masivos. A discreción.
El que hasta hace un instante era un total extraño, acaba de entrar en tu casa armando ruido, con fanfarria de tambores y trompetas.
Ahora tus publicaciones, las recientes y las añejas, han sido polinizadas con los corazones de un desconocido. No cabe duda, el invasor quiere tema y esa es su forma de que te des por enterado.
A esta práctica se le llama de varias maneras. Aunque una de las expresiones más empleadas es ‘violar el Instagram’, preferimos usar otra también muy extendida, ‘follar el Instagram’. Si bien es un verbo malsonante, no hace referencia a un tema tan grave y doloroso como el primero. Mejor no frivolizar con las cosas realmente serias.
Además, también existen distintos tipos de ‘instafolladores’ según su modus operandi de ligoteo. Los hemos diferenciado en cuatro: el entregado, el reprimido, el infiel y el estratega. ¡Seguro que los reconoces a todos!
Estos son los distintos tipos de instafolladores:
Instafollador entregado:
Megusta todas tus fotos y, justo después, te sigue.
Instafollador reprimido:
Megusta todas tus fotos y solo te sigue si recibe un follow back.
Instafollador infiel:
Megusta todas tus fotos, te sigue y cuando recibe el follow back te deja de seguir.
Instafollador estratega:
Megusta unas pocas fotos y cuando recibe respuesta de su presa, vuelve a atacar con una ristra de megustas.
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