“Gracias por su reserva. Este es el primer año que estamos alquilando la casa, disculpad por parecer un hombre de las cavernas, pero no aceptamos ni gays ni mascotas”.
Este es el mensaje de WhatsApp que recibió una pareja cuando estaba planeando una escapada a la aldea costera de Santa María, al sur de Nápoles. Los dos habían decidido que les gustaría reservar una casa para pasar sus vacaciones en la isla, y se pusieron en contacto con el propietario. Pero fueron rechazados inmediatamente después de enviar su solicitud.
La pareja envió una captura de pantalla a Arcigay Napoli, una asociación italiana que aboga por los derechos LGTB, para quejarse de la discriminación que estaban enfrentando. La asociación ha calificado el incidente como un “grave acto de discriminación y homofobia”, y van a intentar que la casa de huéspedes sea excluida de todos los sitios web de reservas de vacaciones.
Filippo Mondella, dueño de la casa de huéspedes, dijo a Radio Capital que escribió el mensaje mientras conducía y que no tenía intención de ofender a nadie. El propietario explicó que no tenía la intención de englobar a gays y perros en la misma categoría, que fue un error debido a las prisas. Y añadió: “La casa de huéspedes no es una estructura pública, es una casa privada, somos católicos, devotos cristianos, no tengo nada en contra, para mí son personas normales, pero objetivamente prefiero mantener nuestra fe”.
No es el único caso de homofobia en viviendas vacacionales. En Portugal un hotel no acepta gays, sigue leyendo
Al norte de Portugal, en la localidad costera de Afife, cerca de Viana do Castelo, se encuentra Casa D’Joao Enes. Un encantador hotel rural ideal para pasar unos días de relax.
Pero cuidado, a la hora de realizar la reserva, un momento antes de hacer efectivo el pago de la habitación, ¡zasca! Lanzan un mensaje del siguiente calibre. “Estimado huésped: en caso de que se encuentre en una de las cuatro situaciones abajo indicadas, le rogamos que no continúe con su reserva o que la cancele si es que ya la ha realizado”. Las “situaciones” están bien estipuladas en el aviso, y son las siguientes: si eres homosexual, futbolero, festivalero o consumidor de estupefacientes. En cualquiera de estos casos, no eres bienvenido, salvo que –cabe suponer– los interesados estén dispuestos a disimular lo que haga falta.
Un claro caso de homofobia que no le ha pasado desapercibido a la asociación portuguesa ILGA, que ha calificado de inamisible y discriminatoria la situación. “Este caso muestra claramente la necesidad de una legislación que facilite perseguir y castigar este tipo de actitudes”. Además, esta asociación LGTB hace un llamamiento a la sociedad reclamando “un proyecto de ley contra todos los tipos de discriminación, incluyendo la que tiene su base en la orientación sexual y la identidad de género. Esperamos que este ejemplo ayude a convertir en prioritaria su importancia y urgencia”.
Las redes sociales portuguesas se ha hecho eco también de la inaudita prohibición y algunos han llamado a boicotear el complejo hotelero. Paulo Bandeira, propietario de Casa D’Joao Enes, ha declarado. “Soy el dueño y, por tanto, yo defino a quién quiero como cliente y a quién no”. Unas declaraciones que solo han incendiado aún más a la opinión pública del país vecino.
En Granada, la dueña de una casa de Airbnb prohibió la entrada a una pareja gay, sigue leyendo
Diego Rojo y su novio fueron víctimas de un caso de homofobia de una forma totalmente inesperada, tras haber alquilado una casa en un municipio granadino a través de la plataforma Airbnb. Diego decidió pasar unos días con su pareja en un coqueto chalet aprovechando su visita a Granada para asistir a un congreso sobre nutrición.
Sin embargo, todo se torció cuando conocieron a la propietaria y anfitriona del inmueble que habían alquilado. “¿Qué es eso? ¿Dos hombres en mi casa? No, no, no. Eso no puede ser. No es natural”, solto Lucía, una señora alemana que disponía de varios apartamentos en alquiler y que se deshizo en insultos homófobos hacia la pareja, que no daba crédito a lo que estaba escuchando.
“No me podía creer lo que estaba oyendo. ¿Cómo puede ser que una señora que viene de un país civilizado tenga un comportamiento tan poco cívico?”, se preguntaba Diego . Esto no acabó aquí, pues la señora comenzó a gritarles que se largaran de su casa pese a que la pareja ya había pagado los días correspondientes del alquiler, aparte de soltarle varias amenazas. “No paraba de repetirnos que no sabíamos con quién estábamos hablando, que ella era una persona muy importante y que tenía un cargo en la ONU. Pero por mucho que dijera, nosotros estábamos más que convencidos de que se estaba cometiendo una injusticia”, comentaba Diego.“Estábamos indignados y no íbamos a dejar que nos echase sin que un agente de la policía se personase en la vivienda”.
Ante la situación tan incómoda e injusta, decidieron llamar a la policía para que se presenciara en el chalet. “Mire señora, afortunadamente en España esto es legal”, le dijo el agente a Lucía. “Sentí una emoción enorme al escuchar al típico policía cincuentón que jamás te esperarías que fuera tan abierto y nos defendiera a capa y espada delante de la señora. Me hizo sentir que algo ha cambiado por fin en España”, contaba Diego.
Pese a los esfuerzos de los agentes, Lucía tenía la última palabra y la pareja se vio en la calle sin posibilidad de poder disfrutar del inmueble que habían alquilado. Pese a todo, la plataforma Airbnb reacción de forma rápida, suspendiendo la cuenta de la mujer alemana para siempre y proporcionándoles un nuevo alojamiento a la pareja sin coste adicional ninguo.
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