“Lo siento, la vieja Taylor no puede ponerse ahora mismo – ¿Por qué? Oh ¡Porque ha muerto!”. Miles de personas presenciaron el domingo 27 de agosto en directo el asesinato de Taylor Swift en la gala de los VMAs 2017. En un estreno por todo lo grande, Swift presentaba al mundo el videoclip de su nuevo trabajo, Look What You Made Me Do, que en 24 horas ha sobrepasado los 39 millones de visitas.
¿Y quién ha matado a Taylor Swift? Ni más ni menos que ella misma, que se ha proclamado muerta y revivida después de cuatro años de silencio musical y una retirada prácticamente forzosa de la vida pública debido a polémicas con ex novios, otras estrellas del pop, plataformas de streaming y la pareja más poderosa de la farándula mundial (con permiso de Beyoncé y Jay Z): Kim Kardashian y Kanye West.
Víboras, diamantes y mucho pop en el nuevo videoclip de la rubia; que le sirve a la vez de resurrección y de venganza no tan poética como directa. Decodificamos los mensajes ocultos y los dardos envenenados de la ópera prima de la segunda venida de Taylor Swift en 9 movimientos.
Un éxito y dos funerales
Arranca el clip dirigido por Joseph Kahn (Toxic de Britney Spears, All the Lovers de Kylie Minogue o Judas de Lady Gaga son algunos de sus trabajos), que nos transporta a un cementerio.
Nos acercamos una de las tumbas: “Aquí yace la reputación de Taylor Swift”. La rubia deja claro que con este primer single de su nuevo álbum Reputation piensa saldar todas las cuentas que han quedado pendientes con aquellos que asesinaron su reputación. Una versión zombi de la reluciente Taylor Swift de Out Of The Woods entierra a la glamourosa versión de la estrella que se paseó por la alfombra roja de la MET Gala de 2015.
Unas tumbas más allá, se puede leer un nombre que el DJ y ex novio de la cantante, Calvin Harris, conoce muy bien. En este cementerio pop también yace Nils Sjoberg, seudónimo bajo el que la rubia co-escribió junto a su por aquel entonces novio el macro hit This Is What You Came For. Después de la ruptura, el equipo de Taylor hizo pública la participación de esta en el single, consiguiendo lo que se quería evitar con la creación de este alter ego: que el éxito del tema se viera eclipsado por el affaire Harris-Swift.
Los diamantes y el dólar
Uno de los grandes éxitos de 1989, el último largo hasta la fecha de Taylor, es Blank Space. En este sencillo, nuestra protagonista volvía a recurrir a la autoparodia y se ponía en la piel de la devorahombres multimillonaria que “llora en su bañera de mármol rodeada de perlas”, tal y como explicaba en 2015 en el GRAMMY Museum.
Pero no todo son diamantes y perlas. Un billete de un dólar no se ha escapado del ojo de los fans más observadores ¿Qué significa? Recuerda a todos aquellos que tacharon a Taylor Swift de ambiciosa que esa ha sido toda la compensación que la intérprete ha pedido a la justicia tras ganar un mediático juicio sobre abusos sexuales. No todo vale.
Et tu, Brute?
Las serpientes son la nueva Taylor. Desde que comenzara la campaña de lanzamiento del single en redes sociales, Swift se ha adueñado de las serpientes. Tras una de sus peleas públicas con Kim Kardashian, las secciones de comentarios de redes sociales de Taylor se llenaron de emoticonos de serpientes. Nacía así una de las asociaciones (con connotación negativa) más fuertes del show business: Taylor Swift es una víbora. En la era Reputation, ella se ha apropiado del insulto, se ha convertido en la reina de las serpientes y planea reptar hasta lo más alto de las listas de éxitos.
En el trono viperino de la nueva Taylor se puede leer “Et tu Brute?”. Esta frase en latín, “¿Y tú, Bruto?”, es la que Julio César dijo a su hijo cuando le apuñaló por la espalda. Una referencia directa a Katy Perry, su némesis en el mundo del pop, a la que ya en su momento dedicó la canción Bad Blood. En una entrevista a la revista Rolling Stone, Swift aclaraba que dicho tema estaba dedicado a otra estrella que la había traicionado. Perry respondió con otro hit, Swish Swish. El resto, como lo de Julio César, es historia, y Swift se encarga de recordar que ni perdona ni olvida.
El Grammy de Katy
La nueva Taylor se mueve en deportivo. Y lo estrella delante de los paparazzi. Estos también la capturan con uno de sus Grammys al volante. Otra pulla a Katy Perry, cuya falta de Grammys es un chiste recurrente entre los fans de la rubia.
Atraco al stream
Vestida de Gucci, la nueva Taylor atraca la caja fuerte de las oficinas de Stream co., una empresa ficticia que alude a las compañías de música en streaming. Swift decidió retirar su catálogo musical de las mismas alegando defender así los derechos de los trabajadores de la industria musical que no recibían el dinero que merecían. El público general no se creyó la razón de la intérprete de Red, y poco a poco se ganó la fama de ser una de las popstars más avariciosas del star system.
El perfecto squad
Cambiamos de escenario y vemos a la Swift frente a un ejército de maniquíes perfectos. Sus maniquíes. Su squad o pandilla de amigas. Una parodia del retrato que los medios hacen de las mejores amigas de nuestra antiheroína. Modelos como Martha Hunt o Karlie Kloss, cantantes como Selena Gomez o Lorde y otros personajes pop como Lena Dunham o Cara Delevingne son solo algunas de las componentes de este grupito que parece orbitar alrededor de Taylor.
Camisetas con mensaje, clones, Kim Kardashian y Kanye West, pasa página
I ❤ T.S.
Un videoclip pop no es pop sin su momento coreografía, y parece que la que fue princesa del country lo sabe. En Look What You Just Made Me Do se atreve a dar el salto final y, junto a un grupo de bailarines en tacones, Swift por fin baila de verdad. Y eso no es todo, sino que además sus acompañantes llevan variaciones de la camiseta con el mensaje I ❤ T.S. que su ex novio Tom Hiddleston llevaba en una sesión de fotos robadas junto a la propia Taylor. Duraron unos pocos meses, y la camiseta en cuestión hizo se convirtió en un ataque más hacia nuestra protagonista.
The old Taylor can’t come to the phone right now
El movimiento más brillante no llega hasta el final: la nueva Taylor se erige sobre una montaña de viejas imágenes de ella misma que luchan por alcanzar la cima. Desde personificaciones de sus primeros trabajos hasta lo último que vimos de ella, todas pelean por salvarse. En un gesto de poder, Taylor Swift acaba con todas ellas. Que quede claro: por muchos ataques que reciba, la única que decide su final es la propia Taylor. Toda una declaración de intenciones en esta nueva era.
El epílogo
Una fila de las diferentes imágenes de Swift cierra una pieza frenética y puramente pop. Unas a otras se atacan.
– ¿Qué le pasa a esta zorra?
– ¡No me llames eso!
Alusión directa a Kanye y Kim, con el que nuestra chica ha tenido a lo largo de estos años varios encontronazos; siendo el último y crítico el que tiene que ver con estas líneas de Famous, una de las canciones del rapero:
“Siento que Taylor y yo podríamos acostarnos,
yo hice famosa a esa zorra”
Después de que la canción se publicara, Taylor afirmó sentirse ofendida por ese verso, y abroncó públicamente a West. Fue entonces cuando la más famosa de las Kardashian entró en el juego y público en su snapchat un vídeo de su marido hablando con Taylor y ella dando el beneplácito a Kanye para nombrarla en la canción. La opinión pública se volvió contra Swift una vez más, que terminó por publicar un texto en sus redes pidiendo “ser excluida de esta narrativa, de la que nunca pedí formar parte”. Línea que se convirtió en un exitoso meme a nivel mundial; y línea con la que la Taylor Swift de los VMAs de 2009, el principio de toda esta disputa, cierra el nuevo éxito de la renacida Swift.
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