En una vuelta de tuerca dentro del formato del teatro musical, Casi normales te propone que te entregues sin barreras, y apenas conocimiento previo de lo que te va a ofrecer, a un viaje emocional sin precedentes que te cambiará algo por dentro. Eso es lo que nos aseguran dos de sus protagonistas, la conocida actriz y cantante barcelonesa Nina y el joven actor argentino Guido Balzaretti. “Es una obra durísima en la que el público llora como no te puedes imaginar, pero a la vez se ríe un montón”, comenta Nina respecto a la montaña rusa de sentimientos que ofrecen con esta función. “Es muy curioso, porque hay gente que viene con la intención de ver un musical de Nina y se encuentra con una historia que los deja en shock… Es una trama que genera mucha intriga y se te mete por las venas. Lo mejor que te puede pasar al ver la obra es que no sepas muy bien qué vas a venir a ver”. Tal y como cuenta Guido, ese desconocimiento es una herramienta que aporta más fuerza a su potente factor sorpresa, del que poco se puede –y se debe– hablar. Aunque hay cosas que ya sabemos, como quiénes son algunos de los personajes principales de Casi normales.
Nina ha dejado atrás el papel de Donna –el personaje que ha encarnado durante nueve años en Mamma Mia!– para meterse en la piel de Diana, una madre con trastorno bipolar cuyo entorno intenta sobrellevar la situación de la mejor manera posible. “Se ve cómo la enfermedad afecta a su familia, se trata el uso y abuso que hacemos de los medicamentos… y, sobre todo, la obra habla de qué es ser normal, por qué tengo que dejar de ser como soy para poderme enmarcar en ese concepto de normalidad que presuntamente está establecido en la sociedad”. Una temática muy distinta a la que estamos acostumbrados a ver en otros musicales pero que es necesario hacer llegar al público. “Abre la ventana a esas enfermedades mentales que aún hoy están estigmatizadas en nuestra sociedad. Me recuerda a cuando hace unos años no se pronunciaba la palabra cáncer y se le llamaba ‘mal feo’. Si el teatro puede contribuir a que se pueda hablar de todo esto sin miedo, bienvenido sea”. En la otra cara de la moneda encontramos al personaje que encarna Balzaretti, Gabriel, el hijo mayor de Diana. Un adolescente de 18 años que guarda un vínculo muy estrecho con su madre. “Mi personaje está muy vinculado a ese giro sorpresa que no se puede desvelar. Las cosas con su padre están un poco tirantes, y con su hermana tiene cierta competitividad, pero hasta ahí puedo leer…”.
Casi normales es una rara avis dentro del género, un texto que expone al espectador una realidad que muchas veces la ficción esquiva y con la que se puede sentir identificado. “No hace falta tener un trastorno bipolar para verte reflejado en las situaciones que plantea la obra. Es más, yo en ocasiones he vivido los bajones y subidones de Diana. He sentido esa falta de comunicación, de no decir te quiero ni demostrárselo a las personas que más me importan… De eso habla esta historia”. Palabras de Nina que reflejan el sentido del texto de Brian Yorkey, quien ya se adentró en el mundo de las tramas controvertidas adaptando la novela Por 13 razones para Netflix.
Pero el público necesita estos golpes de realidad, se ha vuelto más exigente y ya no solo se conforma con una historia bonita. “El simple entretenimiento está muy bien y debe seguir existiendo, pero el espectador también está demandando un compromiso mayor. Y este montaje lo logra con creces”, nos confirma Guido. Y no lo dice por decir, pues lo cierto es que esta obra acumula algunos de los premios más prestigiosos del teatro. Una consolidación de la que no todos los musicales contemporáneos pueden presumir. “Que una obra cuente con un Premio Pulitzer es un prestigio muy grande, y habla de una solidez en cuanto a la dramaturgia que pone a la función en un sitio muy interesante y atractivo”. Exacto, tal y como afirma el actor argentino, desde su estreno en el año 2008, la obra –dirigida en nuestro país por Luis Romero– ha ganado no solo un Pulitzer, también tres Premios Tony, y ha sido elegida por la crítica estadounidense como uno de los diez mejores espectáculo del año. Un palmarés que no pasa desapercibido para los intérpretes de su versión española, que ya ha pasado por Canarias, Barcelona y Bilbao, y ahora aterriza en el Teatro La Latina de Madrid. “Esos premios son una carga muy grande, y se requiere un compromiso emocional muy fuerte”, cuenta Guido. “Pero a la vez es una suerte el hecho de poder transitar en esta trama y este proyecto. Un sueño a nivel interpretativo y vocal, porque tiene una partitura que nos lleva a todos al límite”.
Nina en cambio se siente mucho más calmada en este regreso a los escenarios, tras cerca de treinta años de experiencia. “No sufro nada ni tengo presión, me lo tomo como un niño se toma un juego: lo disfruta, lo explora y lo exprime. No creo que esté mucho más tiempo trabajando sobre el escenario, así que quiero disfrutarlo al máximo”. Hacemos oídos sordos a la amenaza de Nina de retirarse del mundo del espectáculo, y solo nos queda disfrutar de una obra que no para de dar que hablar allí por donde pasa.
EL MUSICAL CASI NORMALES SE REPRESENTA EN EL TEATRO LA LATINA DE MADRID (PLAZA DE LA CEBADA, 2) HASTA EL 28 DE ENERO