María José Fuster habla con Ana Pastor en Dónde estabas entonces sobre cómo era tener VIH en 1986: “Los primeros años, además de efectos secundarios, tuve un poco de todo, cáncer de útero, tuberculosis…”.
“Se pueden tener relaciones sexuales desprotegidas. Su peor efecto secundario es el estigma social…”, afirma la entrevistada. Cuando fue diagnosticada, le recomendaron que lo ocultara, ya que en ese momento no se sabía nada concreto y estaba muy mal visto. Sin duda, María José es una luchadora que consiguió dejar su adicción a la droga y aprender a convivir con la enfermedad.