33 hombres fueron arrestados en un sauna gay de El Cairo acusados de “practicar libertinaje”. Entre los detenidos figuran el propietario del establecimiento, de 60 años, y sus empleados, acusados de oficiar “actos inmorales e indecentes y para la homosexualidad en grupo” en su interior.
La cadena de televisión privada Al Qahera wal Nas (El Cairo y la gente) fue la encargada de dar el soplo y convirtió la detención en un espectáculo retransmitido. «Hoy es un buen día para este programa. Hemos logrado cerrar una madriguera de sexo entre hombres. Todos fueron arrestados”, celebraba la presentadora Mona Iraqi desde su programa Al Mestajabi (Lo escondido) a la vez que se mostraban las imágenes de la detención. Unas imágenes que solo eran un pequeño adelanto de lo que será el programa en profundidad que se emitirá hoy 10 de diciembre.
En la terrible y denigrante grabación –en la que por supuesto no se preservó ningún tipo de presunción de inocencia ni se resguardaron sus identidades ni se respetaron los códigos éticos–, los detenidos desfilaban esposados y semidesnudos hasta los furgones que les llevarían al calabozo, donde permanecerán arrestados cuatro días mientras se investigan sus cargos y se decide su futuro.
Aunque la homosexualidad no es explícitamente ilegal en Egipto, este tipo de detenciones masivas contra homosexuales son cada vez más frecuentes en el país, siempre amparadas bajo otros cargos punibles. El mes pasado, sin ir más lejos, ocho hombres fueron condenados en Egipto por aparecer en un vídeo que mostraba una boda homosexual.
Los grupos de derechos humanos, activistas LGTB, internautas y demás personas con un poco de sensibilidad y sentido común no hemos tardado en denunciar el atroz suceso. «Lo que es evidente es que otro medio de comunicación defensor de Al Sisi (el presidente de Egipto) está trabajando en estrecha colaboración con las fuerzas de seguridad para producir un espectáculo con imágenes espantosas y terribles e invadir así la privacidad y destruir vidas de inocentes”, ha manifestado el activista Scott Long desde su blog. Desde Shangay suscribimos sus palabras y nos unimos a su indignación.
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