Es una contracción de las palabras inglesas queer y bait, que significa cebo o señuelo. Define una serie de estrategias, generalmente de contenidos o de marketing, para atraer al colectivo LGTBIQ+ con la insinuación o promesa de algún tipo de representación que luego resulta ser falsa o no se cumple.
El término se utiliza con mucha frecuencia en el cine o las series, donde a veces se da a entender en avances o tráilers la existencia de un personaje LGTB que, una vez desarrollada la obra, no se cumple. Este fenómeno busca atraer a público del colectivo, sin luego incomodar o enfadar a otro tipo de audiencia homófoba que podría no estar de acuerdo con la representación.
Algunas veces también se denomina queerbaiting a la estética de ciertos famosos, abiertamente heterosexuales, que utilizan vestimenta o acciones pretendidamente ambiguas para intentar atraer al público LGTB. Esta acepción es más discutida, puesto que la identidad de género o vestimenta es algo que no debería ser comentado.
Algunos ejemplos de queerbating
- Durante la promoción de la película ‘Vengadores: Endgame’ se generó un gran debate después de que los creadores aseguraran que ya era hora de añadir representación LGTB a la franquicia. Finalmente resultó ser una línea de diálogo de un personaje secundario que pasó desapercibida para la mayoría del público
- Lo mismo sucedió con la popular ‘Star Wars’ en la que la representación prometida se limitó a un beso de fondo en una escena.
También suele calificarse como queerbating, aunque es más discutido, las acciones de las marcas que utilizan el mes del orgullo para promocionarse pero que después no se acuerdan del colectivo el resto del año.
No obstante, no hay que confundir queerbating, que es más una técnica de marketing que otra cosa, con la mala representación del colectivo cuando esta sí existe. En muchos casos, estas acciones pueden confundirse con pinkwashing.
Consecuencias del queerbating
Aunque pueda parecer una técnica reprobable pero inocua, el queerbating puede tener consecuencias en las personas, sobre todo en aquellas más jóvenes, vulnerables o que aún tienen dudas sobre su sexualidad.
Expertos hablan de problemas mentales, aislamiento social o, simplemente, generar dudas o invalidar determinadas orientaciones sexuales como los posibles efectos del queerbating que las compañías deberían conocer antes de poner en marcha estas técnicas.