El 25 de mayo de 2016, los teléfonos de nuestra redacción echaban humo. El waterpolista Víctor Gutiérrez había salido del armario públicamente en portada de Shangay, y todo el mundo quería conseguir su contacto. “Ni en el mejor de mis pensamientos creí que iba a tener tanta repercusión”, nos explica Víctor cuando se cumple el aniversario del gesto que le convirtió en el primer deportista de élite español en visibilizar su homosexualidad en un medio de comunicación (pocos días antes, el patinador Javier Raya lo había hecho también pero subiendo una foto a Instagram) y en todo un ejemplo para la comunidad LGTB. “Sabía que era una de las cosas que podían pasar, y me parecía muy importante atender a los medios porque al final es lo que se busca, dar un poco de visibilidad a algo que, como ya dije en aquella entrevista, no debería ser noticia”, razona el jugador del Real Canoe haciendo alarde de una serenidad poco habitual en un chaval de 26 años y a la que, sin embargo, nos tiene acostumbrados. A pesar de su templanza, reconoce que se puso un poquito nervioso el día que recibió la foto de la portada impresa: “Fueron los nervios de antes del partido, porque llegaba con la decisión tomada y las cosas claras”.
Se muestra tan feliz como agradecido y asegura no haber vivido ninguna mala experiencia en todo este año. “En el deporte nadie me ha dicho nada negativo, al contrario, todo han sido ánimos y enhorabuenas. A nivel académico, tampoco”. Ni siquiera ha sufrido ataques a través de las redes sociales, y eso que las tiene abiertas al público. “La gente se ha puesto en contacto conmigo para contarme su situación difícil. Poder ayudarles o darles mi opinión o mi consejo es lo más gratificante”. Un afortunado en estos tiempos donde ser un rostro popular es suficiente para convertirse en pasto para trolls y haters.
También está entusiasmado con su progresión deportiva. “Ha sido la mejor temporada de mi vida: he tenido unos números muy buenos [72 goles] y he quedado el máximo goleador de la División de Honor masculina”. En la otra cara de la moneda se encuentra la decepción que supuso no ser convocado para competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016 . “Ese sí que fue el peor momento del año pasado, porque creo que merecía estar, había hecho un gran trabajo”. Como si ya hubiera tenido que responder ante malpensados, se apresura a aclarar que “fue una decisión deportiva que no tuvo nada que ver con mi condición sexual”.
Desde que le comunicaron que no iría convocado en julio, Víctor no gastó fuerzas en lamentarse por su mala suerte y decidió prepararse con más intensidad para los nuevos retos que se le pusieran por delante. “He entrenado mucho, con sesiones muy duras. Tenía en la cabeza el objetivo de volver a la selección, y eso se ha transformado en que físicamente estoy un poco más fuerte”. Salta a la vista que ha logrado su objetivo. “Afortunadamente, ahora hay un nuevo seleccionador que ha depositado su confianza en mí y en estos días empezaremos a entrenar con la selección porque tenemos Mundial”. Ese es el destino que más le ilusiona en este momento, el Campeonato Mundial de Waterpolo Masculino que se celebra en Budapest (Hungría) del 15 al 30 de julio, y al que viajará para defender los colores de la roja. No es su única meta. “Si todo va bien, estaré peleando por estar dentro de tres años en Tokio y, por supuesto, abanderar los derechos del colectivo LGTB en las Olimpiadas”.
Los referentes LGTB en el deporte nunca sobran, porque “hay una especie de vacío y desamparo entre los deportistas y las federaciones”, explica Víctor convencido de que es uno de los motivos principales por los que en España no han salido del armario más deportistas profesionales, salvo la boxeadora Vanesa Caballero, Javier Raya y él. “Desde el deporte base deberían impartirse más charlas en las que se hable de diversidad para que los deportistas jóvenes se desarrollen con estos valores”. Por eso, desde que saltó a la arena mediática, el waterpolista ha predicado con el ejemplo y ha desarrollado su faceta más activista. “Me parece importante que, a través de mi experiencia en el deporte y con mi condición sexual, poder inspirar o hacer que otros se sientan identificados; y sobre todo, lanzar el mensaje de que no hay que tener miedo a salir del armario”. Ha lanzado su esperanzador mensaje a los cuatro vientos, y ha estado en algunos de los programas de televisión más importantes del país, porque cree que es fundamental llegar a todos lados “siempre que sepamos lo que queremos decir y desde el respeto”. Como también está graduado en periodismo y comunicación audiovisual y ha trabajado en una productora, sabe cómo funciona el negocio desde dentro. Entiende que haya medios que quieran convertirle en un personaje, pero sabe que ese no es su lugar. “Allá cada uno con sus decisiones y sus actos”, afirma rechazando a aquellos que quieran convertirse en altavoz de una causa de este tipo sin estar lo suficientemente convencidos y preparados, o guiados únicamente por intereses lucrativos. “A lo mejor me he equivocado alguna vez, pero tengo claro que mi mensaje no es frívolo”.
“El WorldPride es la fiesta de Madrid”
Lógicamente, no todo es sacrificio en su vida. Como a cualquier chaval de su edad, a Víctor también le gusta pasarlo bien y salir de fiesta; aunque asegura que ser un rostro popular no le ayuda a ligar más. “Sí es verdad que ahora la gente me conoce un poco más y se acerca a mí. Me hace mucha gracia cuando estoy tomando una copa y me piden una foto…”. Tal vez por eso, porque pese a su madurez es un joven como el resto, le gusta también cuidar su físico. “Nosotros hacemos un entrenamiento muy exigente, y eso, acompañado de una alimentación cuidada, hace que el cuerpo esté como está. Es verdad que el cloro es el gran problema, estamos muchas horas en la piscina y utilizo cremas hidratantes, mascarillas para el pelo para después del entrenamiento; porque el cloro es un veneno que se come la piel”. A diferencia de otras disciplinas de piscina en las que depilarse es fundamental para el rendimiento deportivo, en el waterpolo es menos importante. “Alguna vez me han tirado del pelo compitiendo, pero a mí me gusta más así y no me lo quito”. Una de las experiencias más atrevidas en las que ha participado fue el rodaje del videoclip de la travesti Nacha La Macha Vuelve ya conmigo. “Tengo amistad con ella y me pareció algo divertido, aunque como actor no me veo mucho futuro…”. Ha sido una distracción puntual, porque si algo tiene bien enfocado Víctor es su futuro. “Voy a centrarme en el deporte, que es mi auténtica pasión; y si lo pudiera compaginar haciendo alguna cosa en medios de comunicación o, por supuesto, en temas de activismo, estaría encantado”. Sin embargo, confía en que su agenda deportiva le deje disfrutar un poco del Orgullo. “El año pasado estuve en Madrid solo dos días porque estábamos de concentración, justo hubo un parón y pude estar el miércoles, que fue el día del pregón, en el que tuve la suerte de estar y hablar un poquito”. Sabe que este año, con el WorldPride, será una celebración aún más especial. “Es la fiesta de Madrid”.
FOTO: Miguel Ángel Fernández
MAQUILLAJE Y PELO: Cristina Libertad