Mucho se ha dicho acerca de los bisexuales, una parte del colectivo LGTB que parece no gozar del mismo respeto y apoyo que el resto de orientaciones sexuales. Suele pasar que cada vez que suena la palabra bisexual siempre hay un escéptico pronto a soltar la típica afirmación: “La bisexualidad no existe, es el refugio de aquellos homosexuales que no quieren asumirlo”. ¿Por qué nos empeñamos en afirmar algo que realmente desconocemos y no hemos probado en nuestras carnes? ¿Cómo nos atrevemos, nosotros, que hemos sido tantas veces juzgados?
Quizá ya no nos acordamos de cuando decidimos dar el paso y contar a nuestros amigos que éramos gays, tener que recibir respuestas del tipo: «Pero, ¿Estás seguro?». «No será una etapa». «¿Qué pasa, que te has aburrido de las chicas y ahora le das a todo?». «Eso es vicio».
Te preguntas por qué se empeña la gente en pensar lo contrario si lo declaras abiertamente. Qué razón ibas tú a tener para querer para ir contracorriente si no fuese porque es realmente lo que sientes. Entonces, por qué nos cuesta tanto creer a los bisexuales cuando nos dicen que les gustan los dos sexos.
Algunos expertos opinan que la incredulidad de algunos homosexuales respecto a la bisexualidad deriva de su experiencia personal, en la que se identifican como bisexuales, durante su tránsito de la heterosexualidad a la homosexualidad. Teniendo la falsa creencia, de que el bisexual declarado, no es más que otro homosexual dando un paso en su ‘salida del armario’.
Parece que la bisexualidad en las mujeres está más aceptada. Pero en cuanto se le atribuye a un hombre, algunos se ven con el derecho de apuntar con su dedo y afirmar “ese tío no es capaz de asumir lo que realmente es”, o peor, “ese lo que tiene es mucho vicio y le da igual a que palo darle”.
“Yo no empleo la palabra bisexual porque a nadie le gustan los bisexuales. No nos respetan”, afirmaba Cynthia Nixon, una de las protagonistas de Sexo en Nueva York, en una entrevista.
Pues bien, los hombres bisexuales pueden respirar tranquilos. Según un estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Northwestern University, en Illinois, la bisexualidad masculina existe realmente. Una conclusión, en cualquier caso, que derrumba los argumentos, de tanto retrogrado, también LGTB, siendo incluso más intolerante que el colectivo heterosexual en este aspecto.
El estudio, focalizado solo en el género masculino, reunió a un grupo de hombres que declaraban haber mantenido relaciones sexuales con al menos dos personas de cada sexo y una relación de pareja de al menos tres meses con una persona de cada sexo, además de otros dos grupos declarados heterosexuales y homosexuales. El objetivo, verificar la bisexualidad de los sujetos a través de la visualización de vídeos eróticos tanto de parejas de hombres como de mujeres, y comprobar la excitación de estos ante dichos estímulos.
El estudio confirmó que el grupo de hombres bisexuales presentaba una respuesta de excitación alta a ambos tipos de imágenes, a diferencia de los hombres identificados como heterosexuales y como homosexuales.
“De hecho, las personas bisexuales sufrimos en el proceso de descubrir quiénes somos porque nunca se ha considera una opción real. La mayor parte hemos pasado por creernos hetero, homo y, finalmente, aceptar que somos bisexuales”, explica Esperanza Montero, presidenta del COGAM. “Yo salí del armario con 20 años como lesbiana y con 30 como bisexual porque me habían educado así y fue una liberación absoluta”.
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