Está claro que algunas estrellas del pop surgidas en los 80 están hechas de una pasta diferente al resto de los mortales. Fíjate en Prince o en Boy George, hiperactivos como pocos, siempre con nuevos proyectos y abanderados, cada uno a su manera, de la pluma.
Boy George visitó España recientemente, invitado por una marca de vodka, para animar un evento como DJ en Madrid. Es solo una de las facetas artísticas del poliédrico, y siempre maquilladísimo, artista gay. Últimamente le ha tenido especialmente ocupado la gira de presentación de su más reciente álbum en solitario, This Is What I Do. Un disco en el que deja de lado su pasión por la electrónica –aunque en su perfil de Soundcloud puedes descargar remixes house de Feel The Vibration– y donde presume de su registro soul.
Acaba de anunciar también nueva gira británica en diciembre con Culture Club, el mítico grupo con que se dio a conocer, con el que forjó su mito y su personal concepción del travestismo, borrando fronteras entre géneros y apostando por una mezcla de androginia y feminidad.
Ya están a la venta las entradas para dichos conciertos, en los que contarán con Alison Moyet, otra voz prodigiosa que también se dio a conocer en la prodigiosa década de los 80, como telonera. Una oportunidad única para nostálgicos y curiosos para ver cómo reactivan su propia leyenda, porque presentarán nuevas canciones de un álbum en el que están trabajando ahora mismo. ¿Serán capaces de enganchar a una nueva generación con himnos como Karma Chameleon? Es difícil, pero no imposible.