Ezra Miller debería agradecer a Ian McKellen que haya abierto las puertas del cine mainstream al activismo LGTB. Quizá si el actor inglés, icono gay y especialmente combativo con la causa, no interpretara a Magneto o Gandalf –los puristas dirán que este último no computa como superhéroe, pero a efectos prácticos le da sopas con ondas a todos–, ahora mismo no estaríamos hablando de Miller como protagonista absoluto de The Flash, la película sobre el superhéroe que Warner Bros y DC Studios acaban de anunciar para 2018 –cosas de las franquicias, que se anuncian con 4 años de previsión–.
Miller, de tan solo 22 años, dará vida a Barry Allen, un hombre que tras despertar de un coma profundo descubre su supervelocidad y se suma a la Liga de la Justicia junto a otros tótems de DC como Batman y Superman.
El actor, a quien hemos visto en Tenemos que hablar de Kevin e interpretando a un personaje gay en Las ventajas de ser un marginado, hizo pública su homosexualidad en 2012 en una entrevista para la revista Out en la que se definía como ‘queer’.
La película The Flash, de la que aún no se conocen director ni guionista, no está relacionada con la serie de televisión sobre el superhéroe que se emite en Estados Unidos y que protagoniza Grant Gustin (Glee).
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