Defiende su trono con uñas y dientes, a base de imponer su criterio y sus formas. Menuda es Madonna, una de las pocas cantantes pop capaces de enganchar a varias generaciones de gays que la idolatran. Y todavía hambrienta de éxito.
Madonna lleva años esforzándose por resultar relevante para el público más joven, y no duda en aliarse con quien haga falta para lograrlo. Como está por fin a punto de presentar nuevo proyecto –aunque su mánager Guy Oseary ha confirmado que el álbum no vera la luz hasta 2015–, Madonna se dispone a poner en marcha la maquinaria para hacer ruido.
Parece que el primer gran evento en el que presentará su nueva música será en la final del talent show británicoThe X Factor, que se emitirá en directo el 14 de diciembre desde el Wembley Stadium de Londres. Si finalmente sucede, Simon Cowell y su equipo sudarán lo suyo para no morir en el intento. Porque contar con la diva no es fácil. Ya han comenzado los rumores sobre sus exigencias para participar en el programa: tendrá libertad creativa para montar su actuación y podría negarse a participar si los finalistas no son de su agrado –dado que cabe la posibilidad de que interactúe con ellos–.
Seguro que Cowell acepta cualquier divismo viniendo de ella: es evidente que el impacto de esa final será muchísimo mayor si Madonna ofrece en ella una exclusiva mundial. Le vendrá a la mente su legendaria actuación en los VMAs de MTV en 2003 con Britney Spears y Christina Aguilera, que hizo historia. Y según ha declarado el mánager de Britney, Larry Rudolph, tampoco resultó especialmente fácil ni agradable tratar con ella…
¿Qué cuenta el mánager de Britney de Madonna? Pasa página
No es habitual que alguien con un nombre en la industria musical se atreva a hablar mínimamente mal de Madonna. Larry Rudolph, mánager de Britney Spears entre otras artistas de primera, ha sacado su vena cotilla en una entrevista con Billboarden la que rememora lo que vivió durante los días en que se gestó aquella actuación histórica que abrió la gala de entrega de los Video Music Awards de MTV en 2003. Pudo parecer incluso un acto espontáneo aquel icónico momento lésbico entre Britney y Madonna que es ya historia del pop, pero no. Sus besos con Spears y Aguilera formaban parte de su estrategia para demostrar la sumisión de las más jóvenes a la experimentada e insaciable ambición rubia.
Rudolph cuenta que Madonna era increíblemente estricta en los ensayos. «Nunca se dirigía a mí utilizando mi nombre, solo me decía: ‘Asegúrate de que Britney esté aquí mañana a las 10 en punto’. Y yo le respondía ‘de acuerdo’. No quería que se enfadara», recuerda el mánager. Pero igual que explica lo seca que era en el trato previo, comenta que una vez que el mundo se rindió a su actuación, comentada como pocas, se encontraron en el ascensor y la diva le plantó un beso en los morros. «¿Ves, Larry? Todo ha merecido la pena», le dijo.
¿Has visto quién versiona ahora Like a Virgin? Pasa página
Sor Cristina, la última ganadora de la versión italiana de La Voz, llega dispuesta a provocar, porque no deja de resultar chocante verla con el hábito cantando Like a Virgin. Eso sí, le ha quitado todo rastro de sugerencia sexual al tema y presenta una versión domesticada del clásico de Madonna.
Afirma Sor Cristina que su versión quiere ser «testimonio de la capacidad que Dios tiene para hacer que las cosas se tornen nuevas. Lo interpreto como ‘el toque divino’: me ha llamado a una vida nueva, restituyéndome la pueza y la dignidad de ser su hija amada». Ahí queda eso.
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