Todos los focos vuelven a estar dirigidos hacia su persona. Isabel Pantoja intentó eludir su ingreso en la cárcel de todos los modos posibles, pero la Sala Segunda de lo Penal de la Audiencia de Málaga ha vuelto a dictar en su contra: menos pases de bata de cola y más apechugar con lo hecho, le ha venido a decir.
A la que fuese la viuda de España le han leído la cartilla de lo lindo. La Audiencia le ha recordado que está más que probado que estuvo blanqueando dinero de su ex Julián Muñoz durante dos años, una acción despreciable que supone, según el auto, “uno de los ataques más demoledores que pueden infringirse a una sociedad democrática”.
Además, la Fiscalía asegura que la folclórica se ha limitado a sacar “dientes, dientes” durante todo el procedimiento o, hablando en términos jurídicos, que ha mantenido una actitud poco cooperativa y sin “la más mínima muestra de reconocimiento de error o arrepentimiento”.
Ante la decisión de la Audiencia de Málaga todavía cabe recurso de súplica. Nos preguntamos: ¿Debería Kiko Rivera ir componiendo una canción protesta a ritmo de electrolatino para pedir la liberación de su mamá?
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