Lo último que querrían es dejar indiferente a nadie. Amigos, gays y residentes en Nueva York, The Drums presentan un tercer álbum con el que se la juegan. Encyclopedia es el primer disco en que incluyen letras explícitamente homosexuales, porque sienten que es momento de ser más combativos que nunca. Lo presentarán en España en dos conciertos, en Madrid (22 de noviembre, Arena) y Barcelona (23 de noviembre, Razzmatazz).
Se nota que son íntimos. Les basta una mirada para saber lo que ambos están pensando; a veces, Jonny, el rubio cantante, empieza una frase y es Jacob, su moreno compañero de banda, quien responde; y viceversa. “Es que nos conocimos hace más de quince años”, apunta Jonny. “En un campamento religioso, nada menos. Enseguida conectamos; los dos veníamos de sendos rincones de la América profunda y encontramos que teníamos mucho en común. No solo que éramos gays, también compartíamos gustos, nos interesaban cosas similares… y sigue siendo así”. Crearon The Drums los dos y vuelven estar solos frente al proyecto, tras idas y venidas de otros músicos. Con Encyclopedia llegan más desafiantes que nunca. “Tenemos la impresión de que habrá gente que ame el disco y otra mucha que lo deteste, y nos gusta que sea así”, afirma Jonny. Jacob prosigue: “Lo peor que puede pasarle a un disco es que funcione como música de fondo, y que así sea como la gente lo escuche. Espero que no nos pase nunca”.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué creéis que puede haber quien deteste ‘Encyclopedia’?
Jonny Pierce ⇒ Siempre hemos sido un grupo fácil de odiar. Nunca hemos encajado realmente con las ideas que la gente se hacía de nosotros. Ni siquiera cuando triunfamos con Let’s Go Surfing al principio. Vale, hacíamos canciones muy positivas, con estribillos eufóricos, pero en el fondo éramos unos desgraciados que intentaban olvidarse de sus miserias [risas]. Esta vez, además de hacer un disco muy variado en cuanto a estilos musicales, hemos apostado por ser más sinceros que nunca en nuestras letras. Lo mismo hablo de mi ateísmo en ‘Face of God’ que de mi marido en ‘I Hope It Doesn’t Change Him’ [Jonny, de 32 años, se casó el año pasado en Nueva York “con un holandés, el amor de mi vida”. Jacob quiere formalizar la relación con su novio el año que viene]. Por primera vez hemos querido hablar abiertamente de la homosexualidad, porque sentimos que es la manera de contribuir a la normalización. De hecho, varias canciones, ‘Magic Mountain’ y ‘Let Me’ entre ellas, están inspiradas por los tremendos abusos homófobos que se están dando en Rusia.
SHANGAY ⇒ Entonces, ¿cómo es posible que empezarais la gira en Moscú?
Jonny Pierce ⇒ ¡Qué mejor sitio para contribuir a la lucha y animar a todo el mundo a mostrarse tal cual son! Nos llegaron correos llenos de odio e insultos antes del concierto, pero también otros muchos de gente feliz de que fuéramos, y que nos contaban lo mucho que una banda como la nuestra significa para algunos jóvenes gays en Rusia. Conocer a muchos chicos y chicas homosexuales tras el concierto fue increíble, y fue un subidón estrenar allí el disco, dado que inspiró varias canciones.
Jacob Graham ⇒ En muchos de los nuevos temas hablamos de lo que se siente cuando uno está solo y desesperado. Conocemos bien esa sensación desde jóvenes, siempre fuimos chicos que no encajaban, sin apenas amigos… No hay nada mejor que poder escuchar a grupos que te hacen sentir menos solo, o con los que compartir tu soledad.
SHANGAY ⇒ ¿Creasteis el grupo para sentiros menos solos?
Jacob Graham ⇒ Lo nuestro va mucho más allá. Teníamos 14 y 12 años cuando nos conocimos, y nos hemos apoyado desde entonces. En aquellos momentos no teníamos a nadie más, y vivíamos lejísimos el uno del otro. Nos pasábamos la vida escribiéndonos cartas, enviándonos cintas con música que nos gustaba… Tenemos una conexión increíble. Si una canción me encanta, se la pongo a los amigos y nadie la entiende, salvo Jonny. Como me ha pasado hace poco con una de Alicia en el País de las Maravillas de Disney [risas].
Jonny Pierce ⇒ Somos unos freaks, que quede bien claro.
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SHANGAY ⇒ ¿Os fuisteis a vivir a Nueva York en busca de tolerancia?
Jonny Pierce ⇒ Yo soy del norte de estado de Nueva York y Jacob de un pequeño pueblo granjero de Ohio. Los dos crecimos idealizando Nueva York, deseando escaparnos allí porque nos parecía el sitio ideal para dejar de ser desgraciados, pensábamos que no había un lugar más abierto y progresista en el mundo.
Jacob Graham ⇒ Con el tiempo hemos comprobado que no es para tanto. Quizá porque la ciudad está involucionando. Nos encantan los vestigios del Nueva York de hace décadas, gente chalada que te encuentras por la calle y que te hace pensar que todavía quedan personas atrevidas y librepensadoras, aunque sean pocas…
Jonny Pierce ⇒ La nueva generación de gente joven es tremendamente uniforme, y la culpa la tiene Internet. Todo el mundo pasa mucho más tiempo en casa que en la calle, viendo casi siempre vídeos de Beyoncé [risas]. Me dan pena todos esos niños que no saben que hay otras muchas cosas que descubrir. Y que están provocando que no salgan nuevos grupos interesantes, que la escena artística esté agonizando, que no haya buenas fiestas a las que ir… Siempre han sido los jóvenes los que se han esforzado por sacar adelante sus ideas para sentirse relevantes; ahora, con tener un perfil en Facebook ya se sienten alguien con voz y autoridad. Espero que pronto haya un cambio, una reacción a este sinsentido. Y ojalá formemos parte de ella, aunque ya no seamos tan jóvenes.
«ESTAMOS HARTOS DE QUE LOS GAYS TENGAN QUE SER LOS QUE PONEN UNA NOTA DE HUMOR»
SHANGAY ⇒ No encajáis en el cliché propio de artista pop gay. ¿Eso ha sido positivo para vosotros?
Jonny Pierce ⇒ En general sí, aunque ha habido momentos en que hemos notado cierto desprecio. Porque no somos como Elton John, con sus gafas de colores, ni como Scissor Sisters, que venden también un tipo de frivolidad que no tiene que ver con nosotros, aunque nos encantan. Estamos hartos de que los gays tengan que ser los que ponen una nota de humor. De acuerdo, muchos homosexuales llaman la atención por su ingenio, pero eso no quiere decir que todos seamos iguales. El hecho de que nosotros seamos tipos normales, que da la casualidad de que hacen rock, nos convierte en una amenaza para quien no puede encasillarnos. Y me gusta que sea así: ojalá dentro de cincuenta años se hable de nosotros como aquella banda tan rara e inclasificable que no encajaba en ninguna escena.
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No son amigos de compartir sus influencias, pero ahora que The Drums vuelven a ser dos hemos conseguido que nos confiesen tres dúos que les han influido mucho.
1. Blueboy
“Maravillosos, unos adelantados a su época, en los 90. Nos fascinó su disco Unisex, en donde evitaron de forma consciente utilizar pronombres, para que todo el mundo sintiera que podían hacer suyas las canciones. Pop sin género definido, una maravilla”.
2. The Tough Alliance
“No solemos citar influencias, pero voy a reconocer que durante años estuvimos obsesionados con ellos. Tenían una imagen dura, con un rollo sport, pero escribían temas de eurotrash que nos resultaban muy emocionantes”.
3. Strawberry Switchblade
“Aparecieron en medio de la escena arty de Glasgow de la que surgieron Orange Juice o Aztec Camera, pero no tenían nada que ver con ellos. Hacían canciones pop preciosas, muy delicadas, pero cuando las veías con ese look a caballo entre Elvira y Boy George flipabas… Hasta grabaron una versión de Dolly Parton”.
Más propuestas musicales combativas:
> El clásico antihomofobia de Jimmy Somerville
> El ramalazo arty de Cazwell