Pues sí, un beso gay puede tener consecuencias, tanto negativas como positivas. Hace unos días, nos hacíamos eco de un ataque homófobo perpetrado por el vigilante de un Burger King de Madrid. El buen hombre, alertado por una familia, expulsaba a una pareja gay por besarse ya que el aberrante momento “perjudicaba la educación” de los niños allí presentes.
Horas más tarde, la multinacional se apresuraba a condenar el hecho, alegando que el empleado actuó de manera independiente. Además, recalcaba que tiene una “política de cero tolerancia para cualquier tipo de discriminación”.
Pero ahí no se quedó la historia. El pasado sábado, decenas de parejas se reunieron en la misma hamburguesería gracias a las redes sociales para protestar contra la homofobia realizando el mismo acto por el que los dos chicos fueron expulsados en su día. Los trabajadores allí presentes rompieron a aplaudir. Mientras siga habiendo casos de homofobia y las leyes continúen sin dar el suficiente respaldo, tendremos que conformarnos con estas agradables iniciativas.
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