El cóctel secreto de Inma Cuesta y Hugo Silva

Lo que más le puede gustar a un espectador es que le sorprendan. Y nada interesa más a los creadores que sorprender. Las artes escénicas se reinventan con los tiempos para adaptarse a los gustos y exigencias del público, y Tanqueray Stage se ha convertido en una exitosa iniciativa cuya intención es reinventar la manera de […]

Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

12 diciembre, 2014
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El cóctel secreto de Inma Cuesta y Hugo Silva

Lo que más le puede gustar a un espectador es que le sorprendan. Y nada interesa más a los creadores que sorprender. Las artes escénicas se reinventan con los tiempos para adaptarse a los gustos y exigencias del público, y Tanqueray Stage se ha convertido en una exitosa iniciativa cuya intención es reinventar la manera de vivir el teatro. La fórmula en que se basa este nuevo concepto es muy interesante: artistas consagrados arriesgan en un proyecto de microteatro que se presenta, durante un tiempo limitado, en un espacio que no es una sala teatral al uso. De modo que la experiencia se convierte en algo único, tanto para los creadores como para los espectadores. 

Tanqueray Stage arrancó en mayo con el estreno de Confesiones de un bartender, dirigida por Nancho Novo y protagonizada por Eloy Azorín, que se representó durante muy pocas fechas en un céntrico hotel madrileño. El pasado 19 de noviembre tuvo lugar el estreno para prensa y celebrities de la segunda propuesta de Tanqueray Stage, que se representó durante solo 7 fechas. El lugar escogido para poner en pie la función era un elegante club privado, de aires británicos –de otro modo inaccesible para el público–, en plena plaza de Santa Ana. Daniel Sánchez Arévalo (Primos, La gran familia española) no dudó en enfrentarse al reto de escribir y dirigir una función de microteatro, su primera experiencia en el medio. Lógicamente, Tanqueray debía tener un lugar justificado en la acción, y Sánchez Arévalo lo tuvo fácil al escribir Hanky Panky, una historia con nombre de cóctel, inspirada por Ada Coleman, pionera en el mundo de la coctelería, una legendaria barmaid que hizo historia en un mundo dominado por hombres.

El cóctel secreto de Inma Cuesta y Hugo Silva

En Hanky Panky, Sánchez Arévalo cuenta la historia de un misterioso viajero en el tiempo (interpretado por Hugo Silva) que, atormentado por sus idas y venidas, decide olvidarse de su tormento tomando un cóctel (el Hanky Panky que le da título) en una selecta coctelería (Inma Cuesta encarna a la coctelera). El cineasta asegura que no tuvo que ponerse las pilas a la hora de documentarse sobre cócteles y bartenders. “Ahí ya llevaba las pilas puestas”, bromea. Y asegura haber disfrutado mucho dando forma a su debut en el (micro)teatro. “Lo fundamental sigue siendo lo mismo: contar historias y dirigir actores, así que me he sentido en mi salsa. En este caso, el formato breve y el espacio reducido, en vez de ser limitaciones, para mí han sido ventajas. Me gustan las cosas recogidas y cercanas”. Asegura que el trabajo con los actores tampoco se ha diferenciado del de sus rodajes previos. “Esencialmente hemos hecho lo mismo: explorar los personajes, improvisar, buscar y tener libertad”. Para los afortunados espectadores que presenciaron alguna de las funciones sí fue una experiencia nueva ver a Hugo Silva y a Inma Cuesta interpretar a escasos metros del público, una cercanía que podría incomodar o intimidar… “El actor se intimida más que el espectador”, asegura el director. “Se pasa peor al no haber cuarta pared, aunque así la experiencia es más intensa”.

Daniel Sánchez Arévalo agradece iniciativas como Tanqueray Stage, que permiten la creación de espacio teatrales efímeros en lugares insólitos. “Resultan edificantes, y creo que ayudan a crear afición”. Hanky Panky también ha servido para descubrir a una joven actriz, Melania Deocal, con un breve papel que le permitía desarrollar una increíble vis cómica. “Es una Gracita Morales contemporánea”, afirma Daniel, que la descubrió a través de un cásting convocado para dar una oportunidad en este proyecto a un nombre desconocido. “Estoy convencido de que volveré a trabajar con ella. Le auguro buen futuro”. Como a Tanqueray Stage, que le ha dado grandes alegrías. “He disfrutado todo mucho. Tanto que quiero repetir. Me gustaría quedarme como director residente y hacer las siguientes ediciones, pero no creo que me dejen…”. La función terminó, pero el Hanky Panky reinterpretado por el maestro coctelero Diego Cabrera para Tanqueray se puede degustar hasta el 31 de diciembre en locales madrileños como Corazón (Valverde, 44), Harveys (Fuencarral, 70), El Palco de Platea (Goya, 2) y Domo by Roncero & Cabrera en NH Collection Eurobuilding (Padre Damián, 23).

 

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