Irrespetuoso es poco. Un pastor en Colorado decide parar el funeral de una lesbiana tras ver en un vídeo proyectado cómo se besaba con su mujer. El hombre decidió que la escena era tan aberrante que decidió saltarse todo lo establecido, profanando un momento tan íntimo y solemne.
Vanessa Collier, de 33 años, murió en circunstancias que la policía todavía no ha sabido aclarar al existir la posibilidad de que fuese un suicidio. “Una iglesia echándose atrás en un funeral. ¿Alguna vez habéis visto algo parecido?», se preguntaba una amiga de la víctima en un periódico local. Afortunadamente, el funeral pudo concluirse en un depósito de cadáveres cercano, pese a que su capacidad era insuficiente como para dar cabida a todos los que querían despedirse de Vanessa. Su entorno quiso mostrar su enfado con lo ocurrido protestando en la puerta de la iglesia, exigiendo una disculpa y pidiendo que el pastor no vuelva a oficiar un entierro. Ahora, Vanessa descansará en paz, pero se lo han puesto muy difícil.
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