“Un hombre y una mujer besándose habría sido un acto aceptable, pero entre dos hombres parece que resulta ofensivo”, denunciaba Matthew Dummigan, indignado.
Matthew Dummigan, de 23 años, bailarín y camarero en Leicester (Reino Unido), era reprobado hace unos días por su ‘comportamiento inadecuado’ en un restaurante de la cadena McDonald’s. El joven, que mostraba su afecto a un amigo especial besándole en la boca, fue recriminado por el vigilante de seguridad, que le dijo: “No están permitidos los besos de ese tipo en este local, son inaceptables”.
Cuando Matthew pregunto al vigilante si eran aceptables los besos entre hombres y mujeres, este tuvo la insolencia de decir que sí. “Fue horrible tener que soportar esa contestación y que me llamaran la atención por algo que supuestamente estaba incomodando a las demás personas. Creo que quien se sintió realmente incómodo fui yo, fue muy molesto y vergonzoso”.
Matthew, que no estaba solo en ese momento, acompañado de cuatro amigos, se enfadó e intento enfrentarse al guardia. Pero al ver que la situación se estaba poniendo muy violenta decidió abandonar el local.
“Llevo 7 años fuera del aramio, viviendo mi sexualidad libremente, y en todo este tiempo jamás fui testigo de un acto homófobo. Fue humillante”.
Después de conocer las quejas del protagonista de la discriminación, la cadena de restaurantes McDonald’s se puso en contacto con Matthew para pedirle disculpas. De momento, han suspendido de empleo y sueldo al vigilante, y aseguran que tomará las medidas legales oportunas contra él.
Uno de sus portavoces declaraba: «Lamentamos profundamente la experiencia del Sr. Dummigan en su visita a nuestro restaurante. Hemos tomado su reclamación muy en serio, y estamos llevando a cabo una investigación interna que aclare los hechos para decidir qué medidas tomar contra el ex empleado, que ya ha sido suspendido de su puesto”.
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