Escandaloso es poco. Metro de Madrid tiene, entre otros grupos de personas, a los gays en el punto de mira. Y no hablamos de agresiones homófobas sufridas dentro de un vagón, sino de que, junto a músicos o mendigos, aparecen especificados en un documento oficial donde se recomienda a los revisores que aumenten la petición del tique correspondiente para ver si se han colado o no en las instalaciones. Debe ser que somos la amenaza de la humanidad. Los empleados se han negado en rotundo a seguir estas directrices al creer que se atenta contra los derechos de los viajeros, tal y como cuenta Cadena SER.
La existencia de este documento se conoce a raíz de una denuncia de la UGT, que ha provocado que se haya abierto una investigación para encontrar al responsable y tomar las correspondientes medidas disciplinarias. El secretario general de Metro de Madrid, Teo Piñuelas, califica de “gravísimo” el hecho de que se persiguiese a los viajeros por el simple hecho de su condición, aspecto o profesión. «Creemos que los trabajadores se han negado de forma rotunda porque entienden que cualquier viajero es totalmente respetable», aseguraba. Esperemos que sea así.
Metro de Madrid nos respondía así a través de Twitter: