Ya lo decía Andrés Calamaro: «Maradona no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a…» ¿un bisturí? Nunca es tarde para afilarse la nariz, quitarse las bolsas de los ojos y estrenar labios rosados y carnosos. Pero estoy confuso. La nueva imagen de la leyenda del fútbol mundial Diego Armando Maradona, tras pasar por el quirófano, me hace dudar sobre si tiene unos referentes adecuados. Viendo su aspecto me sobrevuelan la cabeza nombres de los que ya hablamos en Shangay como Uma Thurman o Renée Zellweger.
Eso sí, cuesta creer que el argentino no haya puesto a Carmen de Mairena como ejemplo al cirujano a la hora de elegir morros. ¿Cómo sería un beso entre ambos? Pongan los dos rombos en pantalla y traguen saliva.