Hay ciertas líneas que no se pueden sobrepasar en Brasil. Eso es lo que pensó Nelson Felippe, un trabajador de Google en el país sudamericano, cuando compartió la foto de dos mujeres abrazadas en el metro el 7 de abril. La instantánea iba acompañada del siguiente texto:
«No tengo prejuicios, creo que cada uno es libre de hacer lo que quiere con su vida. Pero me parece absurdo tener que presenciar una escena como esta. Lo que cada uno hace en el ámbito privado es su problema, pero lo que se hace en público afecta a los demás. Y yo me niego a ver una escena así y considerar que es algo normal. No deseo el mal a nadie, pero las personas deberían tener cuidado. Están desafiando los límites sociales, y eso puede ser peligroso. Si después ocurre una tragedia, o peor, si alguien muere, ¿quién va a ser el culpable? Lo peor de todo es el ejemplo que damos a los niños. ¿Cómo va a quedar la cabeza de un niño después de ver esta escena? Los niños van a pensar que es normal esperar el metro sobre la linea amarilla. No me gusta la actitud del chico que está al fondo de la foto. Siga el ejemplo de las chicas que se abrazan. Espere al vagón antes de la franja amarilla, y solo cruce la línea cuando el tren esté parado y con las puertas abiertas».
La foto ha recibido infinitos ‘likes’ y ha sido compartida a mansalva en Internet. Esperamos que el mensaje de Felippe cale hondo en un país que, aun habiendo albergado la mayor boda gay masiva en 2013 y que tiene uno de los orgullos más grandes del mundo, sigue registrando altos índices de agresiones homófobas.