El pasado lunes 13 de abril, un empleado del Wayne Community College, en Carolina del Norte, era abatido por un disparo que acabó con su vida. Ron Lane, de 44 años, recibió un tiro con una escopeta del calibre 12 en la escuela donde trabajaba como director, a manos de un ex estudiante, a quien expulsó de un programa de estudios de imprenta por sus reiteradas ausencias a clase y sus conductas homófobas.
Kenneth Morgan Stancil, de 20 años, confesó el asesinato al día siguiente, cuando era arrestado por la policía mientras dormía en una playa de Florida, a unos 500 kilómetros del lugar del crimen.
Se trata de un ex estudiante con vinculación a grupos neonazis, lleva un tatuaje en la cara y cuenta con antecedentes penales, según ha informado la Policía del estado de Carolina del Norte. La Policía no ha revelado el motivo, pero se plantea como hipótesis un delito de odio homofóbico, ya que Morgan conocía la orientación homosexual de Lane y había hecho comentarios discriminatorios hacia su sexualidad en varias ocasiones.
Stancil se había tatuado recientemente un tribal con el número 88, la abreviatura neonazi para expresar el saludo «Heil Hitler». La octava letra del alfabeto es la ‘H’, de ahí que 88 sea HH (Heil Hitler).
La policía piensa que Stancil lo tenía todo preparado, que se trató de un asesinato premeditado. Tienen una declaración de seis páginas explicando sus acciones, que aún no es pública, y un vídeo que lo inculpa en el lugar de los hechos.
En la audiencia con el juez, Stancil tuvo la osadía de acusar a Lane de ser un pederasta que había abusado sexualmente de uno de sus parientes. A lo que el juez respondió: «Solo quiero que sepas que nosotros estamos aquí para encargarnos de los pederastas, nadie tiene que tomarse la justicia por su mano”, y dictaminó su prisión sin fianza hasta el juicio.
La madre de Lane, por su lado, asegura que Stancil nunca ha conocido a ningún familiar del entorno de Lane para hacer estas difamaciones. Pero, sin embargo, sí le consta que no era la primera vez que Stancil hacía comentarios inapropiados sobre la sexualidad de su hijo, y añade que cree que se inventó esa excusa porque estaba asustado y necesitaba buscar un pretexto para lo que hizo.
Ahora, Stancil, al que se le ha asignado un abogado de oficio, espera el juicio por el asesinado de Ron Lane.
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