El máximo órgano judicial va a debatir sobre la constitucionalidad de la prohibición del matrimonio homosexual establecida en algunos estados. Cientos de personas armadas con banderas del arcoíris, activistas LGTBI y gente que apoya el matrimonio homosexual tomen las inmediaciones del Tribunal Supremo de EE UU. Algunos llevan incluso días a las puertas del edificio, viviendo entre termos de café, sillas plegables y sacos de dormir.
Los jueces del Tribunal Supremo deberán pronunciarse sobre dos asuntos: la constitucionalidad de las leyes que prohíben el matrimonio homosexual en algunos estados; y en el caso de que estas prohibiciones sean constitucionales, si estos estados tienen autoridad para no reconocer los matrimonios gays celebrados en estados donde sí son legales.
El matrimonio gay ya es legal en 36 estados de EE UU, pero una minoría de estados ha peleado con fuerza para que se les permita prohibirlo. Cuatro de ellos, Michigan, Ohio, Tennessee y Kentucky, aprobaron leyes que lo rechazan, y los juzgados de apelación inferiores les dieron la razón. Sin embargo, en otros estados, la apelación tumbó la prohibición, y por eso el Supremo debe dar una solución definitiva al asunto, postulándose sobre si la prohibición es anticonstitucional o no.
Encontrarás más información sobre el tema en este artículo del año pasado: EE UU ya reconoce el matrimonio gay en 32 estados.
Se espera que el máximo tribunal adopte su decisión a finales de junio. Si declarase anticonstitucional la prohibición el matrimonio homosexual, este sería legal en los 50 estados del país. Si por el contrario, las prohibiciones se confirman constitucionales, las que fueron rechazadas recuperarán su validez.
La mayoría de los estadounidenses espera que el tribunal se incline por favorecer la legalización del matrimonio gay, declarando las prohibiciones inválidas.
Pero no faltan los detractores, que comparten espacio a las puertas del tribunal y también muestran sus pancartas de apoyo a las prohibiciones.
La decisión se sustanciará a través de doce casos que tienen que ver con personas afectadas por las prohibiciones. Es un proceso poco visto en este tribunal, y por eso el Supremo dará más tiempo del habitual a las partes para presentar sus argumentos.
Por parte del Gobierno, intervendrá Donald Verrilli, el abogado de mayor rango del estado para recursos ante el Supremo, que defenderá que las prohibiciones al matrimonio gay son inconstitucionales.