Por qué 'Excítame' no es un musical gay cualquiera

Temas: Entrevista, Teatro

David Tortosa y Alejandro de los Santos son los protagonistas de Excítame: el crimen de Leopold y Loeb

 

Los actores Alejandro de los Santos y David Tortosa han apostado por un musical de temática gay distinto, valiente, oscuro y nada complaciente. Y eso tiene sus riesgos. Especialmente para el primero, que hace las veces de productor en Excítame: el crimen de Leopold y Loeb, donde ha invertido más tiempo y dinero que en cualquier otro proyecto. Pero es lo que tiene que una historia te atrape tanto que no puedas quitártela de la cabeza.

Hace ya un año que empezó la aventura de Excítame con sus primeros ensayos. Hace cuatro, Alejandro, como parte del elenco del musical El rey león, había aprovechado una prueba de vestuario en Londres para conocer Thrill Me, un musical de Stephen Doginoff del que todo el mundo hablaba en la ciudad y que relataba una relación gay obsesiva con un crimen de por medio. “Cuando salí de la función me dije que en algún momento había que hacer esto en España, pero no me puse una fecha determinada”. Y al terminar su primera temporada como una de las hienas del musical de Disney, decidió que había llegado el momento de invertir sus ahorros de los últimos diez años en sacar adelante esta historia.

El resultado es un espectáculo de pequeño formato que rescata el sórdido crimen que en el Chicago de los años 20 llevó a cabo la pareja sentimental formada por Nathan Leopold y Richard Loeb, dos universitarios de clase alta que se dejaron arrastrar por delirios de grandeza y asesinaron a un adolescente para demostrar que su superioridad intelectual les permitía cometer el crimen perfecto. Pero no fue tal, acabaron condenados a cadena perpetua y, paradójicamente, su homosexualidad fue considerada una atenuante que les libró de la pena de muerte.

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«NO QUERÍAMOS HACER UN MUSICAL QUE PROVOCARA LA MISMA SENSACIÓN QUE OTROS 30 MUSICALES ANTERIORES»

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Este caso de megalomanía homicida ya ha conocido otras adaptaciones al cine –las más recordadas, La soga de Alfred Hitchcock y Swoon de Tom Kalin–, pero ninguna de ellas se recrea tanto en la historia de dominación/sumisión homosexual como el montaje teatral que hasta este domingo representan Alejandro y David en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid, y que les ha convertido en un inesperado y pequeño fenómeno de culto. “Hay gente que ha venido a vernos hasta cinco o seis veces”, cuenta Alejandro. “Entre ellos, algunos conocidos actores a quienes les encanta”.

Prueba de ello es que Excítame se ha llevado 3 galardones de las 10 nominaciones que acumulaba a los recientes Premios del Teatro Musical, incluyendo mejor actor para Alejandro, dirección de escena e iluminación, frente a competidores de la talla de Priscilla, reina del desierto, Los miserables o Sister Act. “El valor teatral que ha cogido Excítame es algo que no esperábamos. Tú quieres hacer un montaje así por muchas razones, pero no para que te reconozcan. Nosotros solo somos artesanos de un oficio. Sí pensé que nos merecíamos el premio a las luces porque el trabajo de Juanjo Llorens ha sido mágico, pero la gran sorpresa fue el mío”.

SHANGAY ⇒ ¿En qué ha cambiado el espectáculo tras su gira nacional?

ALEJANDRO DE LOS SANTOS ⇒ Ha madurado, porque al ser una producción nueva, en este caso mi primera apuesta, al principio había demasiada energía y entusiasmo sin control. Ahora la función se ha asentado.

DAVID TORTOSA ⇒ Ahora hay más crueldad y más pasión. Todo ha crecido pero sin que se nos vaya de control. Al principio, por culpa de los nervios, me cogía tales sudadas que estaba preocupado por encharcar el micro. Ahora no, salgo totalmente tranquilo.

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«MONTAJES ASÍ SON LOS QUE HACEN FALTA»

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SHANGAY ⇒ ¿En algún momento pensasteis que, por el formato y su temática, era una apuesta arriesgada?

DAVID ⇒ A mí me pareció fascinante desde la primera vez que me lo contaron. Yo soy muy kamikaze, y cuando me encuentro con proyectos que no se han hecho hasta ahora y que no tienen todas las de ganar, me vuelvo loco. De hecho, dije que sí sin conocer el guion. Escuchar la historia ya me resultó fascinante, y me pareció maravilloso que alguien se arriesgara a montar un musical de este tipo. Montajes así son los que hacen falta. Estamos tan acostumbrados al musical de gran formato que encontrar estas joyitas es un lujo, son piezas que se deberían fomentar más. Que haya gente aventurera que arriesgue su dinero por contar algo que no se haya contado…

ALEJANDRO ⇒ Hay un principio que si los que nos dedicamos a esto no mantenemos, estamos perdidos. Y es que debes estar incómodo. Eso siempre es el punto de partida para algo que merece la pena. Tienes que dedicarte a algo que te genere inquietud, que no sea fácil y que te lleve a un punto de crecimiento. El musical de gran formato goza de buena salud, pero en el momento actual en que está el teatro, si no provocas incomodidad no avanzas, no generas nada interesante para el público. No queríamos hacer un musical que provocase la misma sensación que otros 30 musicales anteriores. Nuestra baza es utilizar los recursos que existen para hacer lo mejor dentro de un género que no se ha explorado en España.

SHANGAY ⇒ ¿Seguís pensando que esta no es una función gay asequible?

DAVID ⇒ Es una relación atípica, con un componente de obsesión. No es una historia de amor como Cuando fuimos dos, aquí hay un contrato de por medio, algo turbio. ¿Cómo puedes entender el amor obsesivo? ¿Qué estás dispuesto a hacer por amor? ¿Qué compromisos podrías asumir? Eso es lo interesante de esta relación, lo que más me gusta ver es los límites que se pueden pasar, incluido el asesinato, para ser correspondido en el amor, esa idea de ‘yo participo de tus crímenes mientras tú te acuestes conmigo’.

SHANGAY ⇒ ¿Qué fue lo más difícil de definir de esa relación de sumisión?

ALEJANDRO ⇒ En los ensayos probamos mil cosas. En algunas ocasiones tuvimos que ponernos límites y en otras aumentar la carga. La función te exige contar la historia de una determinada manera y tiene que estar ahí.

DAVID ⇒ Al principio había secuencias planteadas como un juego y luego se han cambiado para convertirlo en algo mucho más sexual.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha sido la reacción del público durante la gira?

ALEJANDRO ⇒ Me ha sorprendido mucho en provincias. Iba con un determinado prejuicio y pensaba que iba a ser complicado que en determinados sitios se entendiera esta relación. Al final, el público ve una relación humana al margen de su unión sexual. La historia es tan potente que no se cuestionan los prejuicios sobre la homosexualidad, sino lo tremendo del crimen. La respuesta fuera de Madrid ha sido, nunca mejor dicho, mucho más excitante de lo que esperábamos.

DAVID ⇒ En Valladolid, por ejemplo, pensábamos que íbamos a tener una respuesta muy fría porque notabas un silencio eterno, como si aquello no estuviera gustando. Y cuando terminó la función, salimos tres veces a saludar.

ALEJANDRO ⇒ Y produce cierto placer ver a las señoras con abrigo de visón diciéndote lo mucho que les gusta la obra. Una de nuestras fans más fieles tiene setenta y pico años y disfruta la función como una enana. Afortunadamente, te das cuenta de que el teatro está por encima de las edades.

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«DEBERÍAMOS PENSAR EN LA LUCHA QUE MUCHOS ACTIVISTAS GAYS LIBRARON PARA CONSEGUIR DERECHOS QUE EN ESTE MOMENTO ESTÁN EMPEZANDO A FLAQUEAR»

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SHANGAY ⇒ Coincidiendo con el Día Mundial contra la Homofobia celebrasteis una función especial con debate posterior. Porque la obra también da buena cuenta de cómo ha cambiado la percepción de la homosexualidad con el paso del tiempo.  

DAVID ⇒ Claro, a Leopold y Loeb les consideraron enfermos mentales porque así lo quiso su abogado en una astuta argumentación. Afortunadamente, en muchos sentidos se ha evolucionado, aunque en Europa también encontremos retrasos. Es una sensación rara ver que se consiguen derechos pero que la realidad del telediario sigue siendo terrible.

ALEJANDRO ⇒ También habría que ver cuánta responsabilidad tenemos nosotros. Estoy generalizando, pero el colectivo gay ya no es el combativo de hace veinte años. Deberíamos pensar en la lucha que muchos activistas gays libraron para conseguir derechos que en este momento están empezando a flaquear. No hemos mantenido el nivel de activismo de hace unos años. Vas a ver una película como Pride y te das cuenta de que no hace tantos años que sucedió. Lo mismo ocurre con Excítame. No hace tanto que estos dos chicos eran considerados enfermos mentales. De nada sirve lamentarse en casa de lo que le hacen en Rusia a los homosexuales si no ejercemos la suficiente presión. Nos hemos relajado demasiado y, en cierta medida, Excítame es un recordatorio de cómo se veía al colectivo gay.

SHANGAY ⇒ Comparada con otras adaptaciones, la vuestra es la más explícita a la hora de hablar de la relación homosexual.

ALEJANDRO ⇒ Y por eso el autor, Stephen Doginoff, considera que el nuestro es uno de los mejores montajes que se han hecho en todo el mundo de su obra. Creo que el nuestro es el más teatral. ¿Explícito? Es un montaje que no se esconde y no es gratuito, todo tiene un porqué.

Fotos: miguelangelfernandez.net

 

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El musical Excítame: el crimen de Leopold y Loeb puede verse en el Club Capitol (Les Rambles, 138. Barcelona) hasta el 1 de noviembre.

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