El infortunio tenía lugar ayer 30 de julio, cuando se celebrara la marcha del Orgullo Gay en Jerusalén. Un desfile que, a diferencia del que se lleva a cabo en otras ciudades de Israel como el de Tel Aviv, está bajo la amenaza de extremistas religiosos que viven en la ciudad. Y por eso mismo se lleva a cabo bajo fuertes medidas de seguridad para, en teoría, proteger a sus participantes. Pero esta vez no fueron suficientes para impedir el ataque de un ultraortodoxo que atacó con una arma blanca a varios participantes de la marcha.
Por el momento, se sabe que seis personas han resultado heridas, tres de ellas de gravedad, tras el apuñalamiento con un cuchillo de grandes dimensiones que el atacante ocultaba bajo su chaqueta. Según informan los medios israelíes, el responsable del crimen había salido de la cárcel tres semanas atrás, después de haber cumplido 10 años de condena por hechos similares.
“Hemos atendido y evacuado a hospitales a seis personas con heridas de cuchillo. Tres han sufrido heridas de gravedad y otras tres están en situación moderada. Dos de ellas han sido trasladadas al hospital Shaare Zedek y los demás al Hadasa Ein Karem”, comunicaba Yonatan Yagodoski, portavoz de Maguen David Adom, la MDA (la Estrella de David Roja, equivalente a la Cruz Roja), organización encargada de prestar servicio sanitario a la manifestación y los que atendieron a los heridos in situ.
Al parecer, la marcha se desarrolló con total normalidad, ya que el ataque se producía justo al final del recorrido. El asaltante sacaba el cuchillo que tenía oculto cerca de la calle de Kerem Ayesod, a las 19h de la tarde hora local, y se lanzaba hacia los participantes de manera aleatoria, consiguiendo alcanzar a 6 personas hasta que fue interceptado por varios participantes y fuerzas de seguridad que estaban presentes en el desfile.
Según informaba un portavoz de la policía israelí, el atacante es un hombre judío ultraortodoxo que acababa de salir de la cárcel tras haber cumplido 10 años de condena por un ataque similar en 2005, cuando apuñaló a 3 asistentes en el desfile del Orgullo gay de ese año. La policía afirma que no conocía las intenciones del agresor de volver a cometer estos actos.
Uno de los testigos presenciales dejaba estas declaraciones a los medios: “Un hombre salió de uno de los laterales y se puso a apuñalar a la gente. Rápidamente se le echaron encima varios policías y lo redujeron en cuestión de segundos. Había mucha sangre. Fue todo tan rápido que no nos dio tiempo a ver al autor”.
Lo que se suponía que debía de ser una celebración de la diversidad y la libertad, se convirtió en una situación dantesca: la música y el baile dio paso al sonido de sirenas de la policía y las ambulancias, las sonrisas se convirtieron en gritos. Una situación que hizo que varias personas tuvieran que ser atendidas por ataques de pánico. Las imágenes de varias personas en la calzada siendo atendidas por amigos para que no se desangraran, la violenta detención del agresor, las escenas de pánico que se vivieron, convirtieron este festejo en un auténtico drama.
Algunos de los asistentes confesaban con desilusión que las cosas no cambiarán en Jerusalén: “Los homosexuales no podemos vivir con seguridad en esta ciudad, demasiados fanatismos religiosos impiden que podamos disfrutar de esta libertad”.
Jerusalén, una ciudad considerada santa por las tres religiones monoteístas, y en donde la homosexualidad está considerada un pecado, resulta un marco bastante complicado para la celebración de un Orgullo Gay que, no obstante, se lleva celebrando desde 1998. El desfile se ha encontrado en varias ocasiones con la oposición de las tres religiones, las amenazas de extremistas religiosos e incluso el ataque de alguno de ellos durante las celebraciones. Hechos que lo han convertido en uno de los desfiles LGTB con mayor vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad israelíes.
Por su parte, la presidenta de la asociación defensora de los homosexuales Casa Abierta, Dana Sharon, aseguró que no pensaba disolver el acto, y su organización hico un llamamiento a los participantes a quedarse allí concentrados en rechazo al ataque.
El presidente de Lehava, la organización extremista judía que convoca cada año una contra-manifestación a la marcha gay, Benzi Gobstein, negó que sus seguidores estuviesen involucrados en este incidente. “No tiene que ver con nosotros. Nosotros no apoyamos la violencia y no creemos que ningún judío tenga que apuñalar a ningún judío”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha condenado públicamente el ataque. “Es un caso muy grave y llevaremos ante la justicia a los responsables de este acto. En el Estado de Israel, la libertad de elección del individuo es uno de los valores básicos. Debemos garantizar que en Israel todo hombre y toda mujer vivan con seguridad cualesquiera que sean sus elecciones”, señalaba en un comunicado.
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