SHANGAY ⇒ Frente al minimalismo folkie de tu debut, en Blood apuestas por la exuberancia soul. ¿Por qué?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Busco que mi música la escuche cuanta más gente, mejor. En esta ocasión sentía que era así como debía presentarla, y defiendo mi apuesta al 100%. He pasado muchísimo tiempo trabajando en este disco y estoy muy feliz con el resultado. Así que tanto si gusta como si no, estoy tranquila.
SHANGAY ⇒ ¿Supuso un reto este giro hacia una producción más compleja?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Mi principal reto como compositora es crear la canción perfecta, es lo que me mueve. Me parecía la evolución lógica para mi música lograr el sonido de este disco, y explorar arreglos más complejos. Es lo que me apetecía escuchar en este momento de mi vida, y más si a partir de ahora voy a cantar estas canciones a diario [risas]. Las quería con ritmos potentes, armonías muy elaboradas…, buscaba nuevas vías a través de las cuales convertir mis sentimientos en música.
SHANGAY ⇒ El primer single, Unstoppable, te lo inspiró un ex novio. ¿Cómo es posible que te saliera una canción tan expansiva y positiva?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Porque mi idea era explicar cómo pasé de querer romper con él a querer volver con él. Sentía que seríamos imparables si volvíamos a estar juntos; prefería apostar por el optimismo para la canción que regodearme en la negatividad.
SHANGAY ⇒ ¿Eres siempre tan positiva en la vida?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Lo intento [se echa a reír]. Procuro fijarme siempre en lo divertido de todo lo que vivo. Obviamente, hay momentos en los que no eres capaz de obligarte a sonreír, por mucho que lo intentes, pero al menos hay que intentarlo. Una risa puede salvarte la vida.
SHANGAY ⇒ Tus últimos tres años han sido increíbles en lo profesional. ¿Ha habido algún momento de oscuridad en ese tiempo?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Los hay continuamente. Lloro muy a menudo, para desahogarme y no guardarme nada dentro. Y no puedo evitar que se me note cuando algo me pone de mal humor. Pero, por suerte, el optimismo siempre vence.
«LLORO MUY A MENUDO, PARA DESAHOGARME Y NO GUARDARME NADA DENTRO»
SHANGAY ⇒ ¿Qué te ha aportado, además de reconocimiento, la popularidad de la que disfrutas ahora?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Solo eso, reconocimiento. Comprobar que tanta gente conoce mi música me hace sentir que voy por el buen camino. Yo no me siento especialmente popular. Ni sé si querría serlo; he escuchado lo estresante que llega a ser hacerte popular rápidamente, y no es mi caso. Todavía puedo salir a dar paseos, ir de compras, coger el autobús y todo eso con normalidad. Supongo que si las cosas hubiesen salido de otra manera mi respuesta sería muy distinta.
SHANGAY ⇒ ¿Qué te ha parecido el documental sobre Amy Winehouse?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Maravilloso. No me lo quito de la cabeza desde que lo vi; me ha hecho plantearme muchas cosas relacionadas con la industria musical, la composición, sobre lo importante que es no traicionarte a ti misma y cuidarte, y que los que estén a tu alrededor también lo hagan. El nuestro es un trabajo especial, y la pobre Amy se vio atrapada por esa enorme fama que no parece que buscara. Al principio sí se hizo popular por los motivos adecuados, por sus increíbles discos y su talentazo como compositora y cantante. Lo triste fue ver lo crueles que llegaron a ser después los medios con ella. Por eso me parece tan importante que intentes que las circunstancias no puedan contigo, y que haya gente alrededor que pueda ayudarte si tú no eres capaz de asimilar lo que vives.
¿Por qué le ponen histérica las etiquetas? ¿Cómo llevar ser amiguísima de Prince? Pasa página
SHANGAY ⇒ ¿Qué disfrutas más, la soledad del estudio o la compañía del público en los conciertos?
LIANNE LA HAVAS ⇒ No podría escoger solo una cosa. Me encanta tocar en directo, disfrutar de cada instante único. Pero también me gusta encerrarme en el estudio a componer aquello que después tocarás; las posibilidades a tu alcance son casi infinitas en esas horas, hay un componente mágico y misterioso mientras compones que me fascina.
SHANGAY ⇒ ¿Llegas a perder la noción del tiempo en el estudio?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Muchas veces, sobre todo si no hay ventanas, algo que sucede a menudo. He tenido la inmensa suerte de haber trabajado ya en estudios de todo el mundo, y cada experiencia es única.
SHANGAY ⇒ ¿Eres más de escribir de día o de noche?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Depende. Si estoy sola, puedo ponerme a tocar la guitarra a cualquier hora. En esos momentos me dejo llevar y me sorprende que nunca sabes cuándo van a brotar cosas de tu interior. Sinceramente, si estoy en Inglaterra, reconozco que me gusta levantarme tarde, y le saco más partido a las noches. Cuando viajo a Estados Unidos, madrugo más por culpa del jet lag y aprovecho más las mañanas.
«ME SIENTO MUY AFORTUNADA DE TENER A PRINCE EN MI VIDA»
SHANGAY ⇒ Tu amistad con Prince ha dado mucho que hablar, además de una sonada colaboración tuya en su álbum Art Official Age. ¿Realmente le ves como a un colega y no como a un icono?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Completamente. Es una persona como tú y como yo, solo que ha tenido una vida muy distinta a las nuestras y es extremadamente famoso. Me admira cómo ha sabido mantenerse tan sano y cómo sigue tiendo la misma pasión por la música que el primer día. Además, me fascina que siempre sea la persona más cool allá donde esté. Me siento muy afortunada de tenerle en mi vida.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo fue meterse en su estudio y seguir sus instrucciones para las distintas partes que grabaste para él?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Fue todo misterioso. Y con un punto surrealista. Allí encerrados sí sentí que estaba en presencia de una superestrella mágica.
SHANGAY ⇒ Compartís el desprecio por las etiquetas que os puedan poner los demás. ¿Por qué te irritan tanto?
LIANNE LA HAVAS ⇒ Es frustrante, por ejemplo, que se diga que hago música negra. No creo que lo que hago suene como lo hace solo porque tenga la piel oscura. No creo que puedas decir que mi música es solo r’n’b simplemente porque es un estilo que tradicionalmente han cultivado artistas negros. Preferiría que las personas se acercasen a mis canciones sin dejarse influir por las etiquetas que les hayan puesto otros, y que decidan por sí mismas, en función de lo que les hacen sentir, una vez las han escuchado.