La serie Cataluña Extrema que el periodista Rubén Amón realiza para El País ha reavivado las llamas sobre la homofobia en la política. El alcalde de Pontons, el único pueblo catalán gobernado por el PP, ha hecho algunas polémicas declaraciones que ponen en tela de juicio su capacidad para ejercer un cargo público.
Lluís Caldentey, que siempre ha gobernado con mayoría absoluta, dice que es un hombre austero, sincero y trabajador con la misma naturalidad con la que suelta perlas como esta: “Dije que no pensaba casar a maricones porque la homosexualidad es algo anómalo, […] Dios creó al hombre y a la mujer, no a dos tíos o dos tías”.
El alcalde ya se expuso a la apertura de un expediente disciplinario por otras declaraciones que realizó en 2005 en las que confesaba que “tal vez los gays no son tarados, pero sí son personas deficientes para procrear y educar a los hijos”.
Aunque han pasado 10 años desde estas indignantes palabras, el alcalde se ha mantenido en el Partido Popular y en el cargo hasta el día de hoy, a pesar de que el propio PP comunicara en 2005 que iba a expulsar a Caldentey del partido.