SHANGAY ⇒ ¿Por qué nos atraen tanto las historias relacionadas con el sexo?
PACO LEÓN ⇒ El sexo mueve el mundo. Si te pones a pensarlo, todo lo hacemos para follar, desde lo que estudiamos hasta cómo nos vestimos. Somos animalillos, está en nuestra información genética.
SHANGAY ⇒ ¿Cuál es el mensaje que te propusiste lanzar con esta película cuando te propusieron este remake de la australiana The Little Death?
PACO LEÓN ⇒ Quería hacer un canto hedonista a la diversidad y por la tolerancia. A todos nos pica algo [risas], el sexo es un lenguaje perfecto para el amor y hay que practicarlo de muchas maneras. Igual que se dice que solo utilizamos el veinte por ciento de nuestra capacidad intelectual, creo que con el sexo pasa lo mismo. Solo hacemos aquello que nos han dicho que se puede, o lo que hemos visto en una película porno. Hay mucho que practicar y que probar, porque uno evoluciona sexualmente. Igual que las espinacas de pequeño no te gustan y de mayor sí, igual puede pasar con muchas prácticas sexuales. Uno no tiene que cerrarse, la vida es muy corta y hay muchas fases por la que pasar y mucho que investigar.
SHANGAY ⇒ Hablar de filias sexuales poco comunes en tu película, ¿te ha inspirado para seguir evolucionando en tus gustos sexuales?
PACO LEÓN ⇒ Sí, porque me he visto supercatetito en lo mío. Me da la sensación de que me estoy perdiendo mucho, porque hay más de mil filias sexuales muy locas. Cada uno debe profundizar en lo que le gusta, aunque sin exagerar: tampoco vas a forzarte ahora a que te guste un poto [risas].
«YO NUNCA ME ETIQUETO, ME SIENTO CÓMODO COMO SOY«
SHANGAY ⇒ En Kiki apuestas por mucha naturalidad en los desnudos y no te has recreado en las escenas de sexo. ¿Por qué?
PACO LEÓN ⇒ Porque quería dar una visión del sexo muy hippie, incluso setentera. Porque en los ochenta se oscurece el tema de la erótica. Era primordial esa naturalidad en los desnudos, para que la gente no se violentara y porque es como yo los vivo. Una teta es una teta, y en determinadas escenas lo normal era enseñarlas. Afortunadamente, las actrices eran las que me lo pedían. Natalia de Molina me decía “es que me da una rabia que en las películas después de follar los actores se tapen, no es natural”. Y le agradezco que enseñe al mundo esos maravillosos pechos.
SHANGAY ⇒ No has incluido ninguna historia homosexual como tal, aunque hay guiños en la que protagonizas junto a Ana Katz y Belén Cuesta, lluvia dorada incluida. ¿Por qué?
PACO LEÓN ⇒ Quería tocar el tema, pero me daba rabia cumplir esa cuota de la parejita gay. Me parecía más interesante abrir a una pareja [heterosexual] normal a un triángulo amoroso. En off, Belén cuenta que es abiertamente lesbiana y que tiene una relación con una chica, y despierta el lado lésbico de Ana, que en la película es mi pareja. Y en ese trío surge ese aspecto bisexual.
SHANGAY ⇒ Primero te definiste como heterocurioso y recientemente como bisexual. ¿Vas dosificando ese tipo de información?
PACO LEÓN ⇒ Yo nunca me etiqueto, sois vosotros los que lo hacéis. La gente necesita poner etiquetas y se inventa términos divertidos, como ‘heterocurioso’. Yo me siento cómodo como soy. Y la película habla de eso también, de que por muchas etiquetas que necesitemos crear para entendernos y tranquilizarnos, al final hay tantas sexualidades como personas.
LA PELÍCULA KIKI, EL AMOR SE HACE SE ESTRENA EL 1 DE ABRIL EN CINES.