Cuando la comunicación cesa
Es obvio que no vas a contarle cada cosa que hagas en tu día a día, pero sí que es cierto que expresar los sentimientos tanto positivos como negativos que nuestra pareja nos pueda hacer sentir es algo fundamental a la hora de llevar a buen puerto una relación. No te quedes con nada adentro, comunícale, de forma correcta y dialogante, tus inquietudes o dudas respecto a vuestra vida en común. Si no lo haces, vamos por mal camino…
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Cuando peleáis constantemente
Discutir y aclarar la diferencias con tu pareja es bueno, en cierta medida, para establecer los parámetros mínimos en una relación. Pero si la discusión se traduce en una rutina constante e interminable, denota claramente que algo falla en vuestra interacción como pareja. Quizás una reconsideración no estaría de más.
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Cuando haces planes y no le incluyes a él
Está bien hacer planes ajenos a tu pareja, con los amigos o con familiares. Es una forma de oxigenar la vida en pareja, ya que pasar mucho tiempo con alguien siempre produce desgaste. Si ves que te llama más la atención pasar más tiempo con otras personas que con tu propia pareja, quizás deberías replantarte si de verdad quieres mantener con él una relación de dichas características.
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Cuando vuestra ideología política es diferente
En algunas ocasiones, la ideología política de nuestra pareja, sobre todo si es contraria a la nuestra, puede llegar a ser un motivo de discusión permanente y mal rollo, que puede desembocar, nunca mejor dicho en los tiempos que corren, en una legislatura amorosa fallida.
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Cuando el deseo sexual se apaga
A menos que seáis una pareja asexual, el sexo es una parte importante en una relación. Es cierto que, a medida que va pasando el tiempo, la llama del amor va perdiendo algo de viveza, es algo normal. Pero si llega al extremo en que practicar sexo con tu pareja se convierte más en un martirio que en un placer, puede acarrear problemas serios.
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Cuando vuestras metas en la relación no concuerdan
A todos nos atrae el carpe diem, vivir el momento como si no hubiera un mañana… Aunque cueste un poco desarrollarlo en la sociedad en la que vivimos, hay que tener en cuenta el futuro de una relación y establecer unas mínimas pautas. Aclarar si uno quiere formar una familia, si está dispuesto a coger las maletas y abandonar la casa de papá y mamá para emprender una vida conyugal en común o saber si tu pareja estaría dispuesta o no a adaptar su vida laboral por ti en caso de que fuese preciso son aspectos que habría que dejar claro de antemano para no crear falsas expectativas en la relación.
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Cuando te aburres de él
Si estar con tu pareja es tener la sensación constantemente de vivir una tarde de domingo interminable, es que algo gordo falla.
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Cuando intenta apartarte de tus familiares y amigos
No puede pedirte semejante estupidez por muy enamorado que esté. La sensación de permanencia no es en absoluto un sentimiento sano en una relación conyugal, todo lo contrario, es un aviso claro y rotundo de que algo no va bien.
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Cuando no para de controlar tu vida
Registrar los mensajes de Wasap, estar constantemente pendiente de con quién vas y con quién sales, ponte esto, no te pongas aquello, haz esto, haz lo otro y un largo etcétera, son síntomas bastante serios y peliagudos que deberían estar prohibidos en una relación de pareja. El amor consiste en complementarse con el ser amado, no en devorarle.
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Cuando te enamoras de otra persona
Aunque suene muy, pero que muy cursi, en el corazón nadie manda, ni siquiera el susodicho que lo lleva consigo. De repente aparece una persona que descoloca de forma arbitraria e irregular todas tus casillas, haciendo que tus sentimientos vuelvan a florecer de nuevo, pero esta vez en la dirección contraria. Es ahí cuando tenemos que coger fuerzas, plantarnos delante de nuestra pareja y entonar ese himno tan doloroso, y a la vez tan sincero, que cantaba la más grande: Lo siento, mi amor…
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